Hace 71 años, un 12 de febrero de 1953 se iniciaba el Congreso Constituyente de la Central Única de Trabajadores de Chile, que culminó el 16 de febrero.
Su primer presidente fue el compañero Clotario Blest Riffo quien estuvo al mando de la Central Única hasta el año 1961.
Una parte de su declaración de principios dice «.. la Central Única de Trabajadores no es una central apolítica: por el contrario, representando la conjunción de todos los sectores de la masa trabajadora, su acción emancipadora la desarrollará por sobre los partidos políticos, a fin de mantener su cohesión orgánica. […] La lucha sindical es parte integrante del movimiento general de clases del proletariado y de las masas explotadas, y en esta virtud no puede ni debe permanecer neutral en la lucha social y debe asumir el rol de dirección que le corresponde.
En consecuencia, declara que los sindicatos son organismos de defensa de los intereses y fines de los trabajadores dentro del sistema capitalista. Pero, al mismo tiempo, son organismos de lucha clasista que señalan como meta para la emancipación económica de los mismos, o sea, la transformación socialista de la sociedad, la abolición de clases y la organización de la vida humana mediante la supresión del estado opresor.»
2.- En la actualidad existe un remedo de CUT, que ya no es Única sino Unitaria, que abandonó completamente la declaración de principios de la Central Única, además de renunciar a su propia plataforma de lucha aprobada en agosto de 1988.
Esta Central de baja representatividad, habida cuenta del bajo número de trabajadores organizados y cuya mayor fuerza radica en los trabajadores de la administración pública y que gasta todas sus energías en tratar de conseguir espacios en el modelo imperante, ha dejado pasar infinidad de leyes que resienten gravemente no solo los derechos de los trabajadores sino también la propia organización sindical, al haber aceptado la derogación de normas que hacían un parelé a la corrupción, eliminando instrumentos de control para el correcto uso de los ingresos de las organizaciones.
Momento de ratificar principios y demandas, insistir en que los trabajadores deben educarse en sus derechos y desde esa educación generar instrumentos que de verdad defiendan sus aspiraciones y apunten al cambio social tal y como se sostenía hace 71 años, al constituirse la Central Única de Trabajadores.