En un encuentro sindical se escucharon duras críticas contra un dirigente de la CUT que durante el acto del primero de mayo recién pasado, muy diligentemente llamó la atención por las altas cargas de trabajo y las bajas remuneraciones de carabineros entre otras cosas que expuso, al mismo tiempo que reclama un ingreso mínimo de $ 640.000 mensuales.
Ciertamente el dirigente debe ver grandes diferencias entre las necesidades de un asalariado y la labor de un carabinero como para hacer el planteamiento que hizo, pero sería bueno que con la misma fuerza reclamara igual régimen previsional y garantías de vivienda y salud, por citar solo algunos de los problemas de un obrero que no afectan de la misma manera al personal uniformado.
2.- No es que los carabineros no merezcan lo que tienen, el problema es que no pueden seguir siendo los trabajadores privados de tanta cosa y que nadie llame la atención por ello.
No se vio gran reacción de autoridades, parlamentarios y dirigentes ante el desgraciado deceso de la trabajadora Cintia Caceres del Hotel Radisson, que perdió la vida por la caída de un montacargas mientras cumplía su jornada de trabajo.
Los medios solo informaron un día, se espera el resultado de las fiscalizaciones, pero no hubo visita presidencial ni ministerial a la familia, ni anuncio de pensión de gracia, ni apoyo para sus hijos pequeños. Es más, la ley no ordena el pago de indemnización por años de servicio en caso de muerte.
Asi de duro es el presente de todo trabajador que fallece.
A nadie le importa, ni siquiera a sus pares que hablan de cualquier cosa menos de las cosas más urgentes que les afligen. Contra esto deberemos luchar permanentemente, no hay otro camino para la dignificación.