Antiguamente era muy común escuchar la frase «en el servicio militar te harás hombre» dicha por padres cuyos hijos eran rebeldes y contestatarios, no siempre con razón.
Y ahí llegaban al regimiento los muchachos que, casi sin excepción, salían del servicio militar buenos para fumar y tomar, la voz más gruesa y una serie de conceptos sobre la patria y otras cuestiones que nunca fueron bien estudiadas ni menos cuestionadas.
Pudo haber servido de escarmiento y disciplina para más de alguno, pero sería un error creer que dicha conscripción los hacía hombres de bien.
Lo que vino desde que se produjo el golpe militar de 1973 es por todos conocido. Muchos jóvenes se creyeron con poder suficiente para allanar, detener, torturar y matar por el.simple hecho de vestir uniforme, pues estaban protegidos por un sistema judicial servil, lo que les hizo sentirse dueños del mundo y todos conocemos las amargas consecuencias de aquello.
Los milicos – y en general quienes visten uniforme – son prepotentes, choros y duros cuando salen a la calle y arrasan con todo. Buenos para la guerra contra sus compatriotas que no están armados tienen su propia justicia y cuentan con la protección de la derecha y los sectores más retrógrados de la población.
Por cierto que no son todos, pero sobran los ejemplos para certificar nuestra afirmación.
2.- Cada cierto tiempo queda la grande en algún regimiento. Y es que como estos uniformados profesionales no son controlados como corresponde, hacen lo que se les da la gama, principalmente con quienes ingresan al servicio militar obligatorio.
Ahí enseñan a odiar al enemigo interno y externo, maltratan hasta la tortura a jóvenes que poco o nada saben de la vida militar, los hacen caminar decenas de kilometros cargando equipos de guerra, por lo que los mas debiles terminan con serias lesiones e incluso mueren, como sucedió con los conscriptos que murieron congelados hace algunos años o el joven Franco Vargas fallecido hace algunos días, segun dijo el ejercito, de «muerte subita».
El servicio militar no debería ser obligatorio ni durar tanto tiempo. Si hay quienes quieren llegar a servir ennla milicia deben hacerlo por voluntad y hacer la carrera que más les acomode, sin las trabas que hoy existen para ascensos y responsabilidades.
Pero que sigan muriendo jóvenes y se haga poco o nada por impedirlo, es una irresponsabilidad a la que hay que.ponerle fin.