La recuperación del turismo ha sido lenta, desigual e interrumpida por todas las situaciones externas que afectan a este sector. Los más de 15 mil trabajadores directos de esta área productiva en Magallanes y todas las micro y pequeñas empresas de servicios turísticos entienden muy bien que se trata de una actividad que ha transitado por complejas situaciones que han afectado en reiteradas ocasiones sus empleos e ingresos. Los que dependen de la actividad turística han experimentado a través de los años diferentes crisis ambientales, económicas, sociales, sanitarias y sindicalistas que han obstaculizado el desarrollo del sector. ¿Será que los representantes de los diferentes gobiernos de turno no poseen esta sensibilidad?, ¿Cuánto pesa realmente el turismo para las autoridades en Magallanes? Éstas, entre otras frecuentes interrogantes se plantea el sector turístico regional.
¿Cuánto se ha aprendido de las crisis que afectan al sector turismo?
Desde la representación empresarial y a nivel regional, los diferentes gremios del turismo critican la falta de visión del gobierno, la poca atención y la escasa asignación de recursos en apoyo a este sector, toda vez que es golpeado e interrumpido en su desarrollo. “Sentimos que el sector público no reacciona, no ofrece medidas de contención, no entiende a quiénes afecta cada crisis y no dimensiona qué tan duro puede afectar a la economía local el no poder acercarnos a una real recuperación turística”, señala Adriana Aguilar Lagos, gerente de la Cámara de Turismo de Última Esperanza.
De a poco los diferentes sectores productivos se normalizaron y se desarrollaron en los momentos más críticos de la pandemia, mientras que un listado recurrente de temas de contingencia sigue sin avanzar, provocando que este sector aún se encuentre en etapa inicial de recuperación.
¿Qué planes o medidas de contingencia ofrece el sector público para normalizar la actividad turística?
La normalización de actividad turística depende de muchos apoyos que se requieren de manera urgente. Estos apoyos no se han recibido después de cada crisis, por tanto, se sigue solicitando: más recursos para promoción, mejor conectividad e infraestructura, mejoramiento de rutas turísticas, habilitación de todos los pasos fronterizos de la región con horarios y dotación de personal acorde con la necesidad, instrumentos de fomento productivo, incentivos para la incorporación de talento humano, coordinación público – privada y en especial, mejorar la coordinación entre los organismos públicos.
Han jugado en contra distintos cambios en el escenario internacional que afecta al turismo de Magallanes, que depende fuertemente de los turistas extranjeros. Lo primero es recordar que Chile fue el último país en el mundo en minimizar las restricciones sanitarias para ingresar al territorio y eso nos dejó fuera de la visibilización de destinos internacionales por mucho tiempo. Además, se debe considerar que los principales países que llegan a la Patagonia están experimentando una desaceleración generalizada y más acentuada de lo previsto, con la inflación más alta registrada en varios decenios en la actividad económica a nivel mundial.
El contexto nacional tampoco queda fuera de análisis cuando de recuperación turística de Magallanes se trata. Hay que recordar que han pasado sólo 2 meses desde que se minimizaron las restricciones sanitarias para ingresar al país y dos meses desde que se eliminó la mascarilla. Además, los pasos fronterizos aún no están completamente operativos en el país y en la región hay limitación en sus horarios de atención. Se suma a lo anterior, la situación de crisis social que vive Chile, la cual se mantiene en el tiempo. Por otro lado, las tarifas aéreas excesivamente elevadas desmotivan la llegada de chilenos a la región. Basta con comparar precios desde Santiago hacia el norte con los precios desde Santiago a Magallanes e incluso, se puede realizar la comparación desde Santiago a países vecinos y comparar con las tarifas hacia Magallanes. Al mismo tiempo, se debe considerar que esta región fue la última en iniciar la recuperación turística en Chile por la situación crítica sanitaria que se tuvo en varios momentos, por la característica propia de región aislada que requiere de conectividad aérea, por la compleja accesibilidad al destino por otras vías de ingreso, por la falta de promoción y una serie de dificultades externas que logró entender muy tarde el gobierno anterior y con las que aún no las interioriza el gobierno actual.
Por todo lo anterior, se cree que el número de turistas extranjeros será bajo en comparación a temporadas previas a la pandemia y que el gasto del turista nacional será moderado y coherente a la situación económica actual que vive Chile.