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Sueña ser parte de las columnas sociales tiene más deudas que el tercer mundo ..» canta Joe Vasconcellos

¿Cuánto estás dispuesto a entregar por la causa que abrazaste? Es una pregunta que tiene plena validez hoy, cuando ciertos valores y principios comienzan a perder preeminencia respecto de necesidades propias de la persona y de la familia. Algunos dirigentes nos han pedido decir algo, pues ven como algunos que lucharon harto se van alejando.
Es difícil darlo todo mientras se está consciente, al mismo tiempo, de las limitaciones y cómo ciertas urgencias comienzan a exigir dar pasos en busca de soluciones, que podrían llevar incluso a alejarse de lo que con tanta fuerza se defendió.
Nadie tiene la facultad para evaluar a otro y hacer juicios de valor cuando no se conoce lo que ese otro está viviendo.
Hay muchas razones por cierto, pero una de las que fue sacando a muchos luchadores sociales de su foco y les llevó a ralentizar su accionar e incluso a dejar de lado las banderas, fue la necesidad económica, la carencia de ingresos suficientes para la vida personal y/o en familia. Algunos siguieron en lo suyo pero disminuyeron su accionar, e incluso llegaron a mimetizarse con su contraparte comenzando a ser freno a la lucha.
Fueron incapaces de entregar las responsabilidades que tenían, siguieron utilizando el fuero y en algunos casos finalmente cambiaron de bando, transformándose en adversarios y críticos de aquello que una vez juraron defender.

2.- Nadie está completamente libre de tener que pasar por esta disyuntiva, pero al menos debiera primar en él el cariño que alguna vez tuvo por esta causa, que puede estar de capa caída y algo olvidada pero que no pierde vigencia, pues mientras haya explotación y abuso habrá quienes se opongan a ello desde diferentes trincheras.
Si se va a ir hágalo con la frente en alto, diga que hasta aquí llegó y que ya no puede más.
Que las urgencias de la vida le ganaron a las de la lucha, deje sus responsabilidades y busque la salida que necesita.
Le podemos asegurar que aunque no se acepte ni entienda su decisión, se respetará.
Pero si no lo hace e inicia un trabajo de zapa, tarde o temprano deberá responder ante la clase.