Como cada 12 de mayo, los profesionales de Enfermería conmemoran en todo el mundo el natalicio de Florence Nightingale (1820-1910), cuyo legado en materia de salud fue vasto y fecundo, pues sentó las bases éticas, científicas y estadísticas de esta profesión. Este año, la conmemoración fue distinta debido a la situación actual de pandemia que enfrenta la región, el país y el mundo entero.
En ese contexto, la Banda Instrumental del Comando de la V División de Ejército quiso estar presente para homenajear la gran labor que el profesional de la enfermería HCM realiza, el cual conecta el cuidado y el trato humano en la atención de los usuarios.
La magallánica Karen Antiquera Masías se desempeña actualmente como Subdirectora de Enfermería y Gestión del Cuidado en el Hospital Clínico de Magallanes, cargo que ejerce desde 2016, tras haber trabajado como Enfermera Jefe de la Unidad de Gestión del Cuidado durante siete años. Respecto de cómo surgió su vocación por la Enfermería, recuerda que “de las ganas de servir, ayudar y cuidar a otros”.
Al revisar sus casi dos décadas de ejercicio profesional, evoca como el momento más desafiante la coordinación del traslado desde el antiguo Hospital Regional al edificio que hoy alberga al Hospital Clínico de Magallanes, en diciembre de 2010. “Lo recuerdo nítidamente. Durante 10 horas, ambos hospitales funcionaron de manera simultánea, lo que exigió un trabajo previo de al menos 6 meses de puesta en marcha, para que el nuevo hospital estuviera funcionando de manera óptima para recibir a nuestros pacientes de manera segura. Fue una gran experiencia, muy útil para programar cómo enfrentar otros desafíos, como los que vivimos hoy en día”, señala.
El traslado del centro hospitalario más importante de la región había sido su principal reto hasta ahora, cuando los profesionales de Enfermería enfrentan el desafío sanitario más grande del último siglo. “Como comento al equipo cada vez que nos reunimos: Después de esta pandemia vamos a ver las cosas mucho más fáciles, porque difícilmente nos tocará vivir una época tan compleja como la actual. Nos queda todavía mucho por superar, pero sé que somos capaces de salir adelante. Uno siempre quiere dar lo mejor, estar bien preparada y prever todas las situaciones, para que el trabajo que realiza el equipo que uno lidera responda de la mejor manera a las necesidades de los pacientes. Hemos sido capaces de sobreponernos al gran volumen de pacientes que nos ha tocado atender y cada uno ha dado lo mejor. La gran responsabilidad que significa tener a cargo el cuidado de estos pacientes en particular, implica una presión profesional y emocional adicional”.
– ¿Qué le diría a las enfermeras hoy, en el marco de esta emergencia sanitaria?
Que agradezco su gran compromiso, realmente han demostrado una gran vocación de servicio. Además, han mostrado una gran humanidad, porque junto con tomar la mano a los pacientes cuando ha sido necesario y estar a su lado para aliviar sus angustias y temores, han estado preocupados de comunicar a los pacientes con sus familiares, incluso facilitando sus teléfonos personales para comunicarlos por videollamadas. Eso es tremendamente valorable y se los agradezco de manera especial.
– ¿Qué valor de Florence Nightingale destacaría y cree que se mantiene vigente hasta hoy?
El honor de la profesión, así como el amor por la perfección y la excelencia, fueron valores que ella siempre mantuvo vivos. En el pendón de la Subdirección de Enfermería tenemos una de sus frases, que refleja todo lo que queremos ser. “Que la enfermería es un llamado superior, un llamado honorable y que el honor radica en el amor por la perfección, la consistencia y en el trabajo duro para conseguirla”. Creo que eso evidencia lo que es hoy día la Enfermería y lo que queremos lograr.
Un rol que evoluciona y se proyecta
A lo largo de su carrera como enfermera, Karen Antiquera ha sido parte de la evolución del rol de las enfermeras en materia de gestión de salud. “Me siento privilegiada al ver tantos cambios favorables para la Enfermería en nuestra región. Cuando comencé a trabajar en el antiguo hospital, existía una Enfermera Coordinadora en la estructura organizacional. Al poco andar, ya teníamos una Unidad de Gestión del Cuidado, que si bien dependía de la Dirección, no formaba parte del equipo directivo. De un equipo de 60 enfermeras, pasamos a una dotación actual de más de 175 enfermeras y enfermeros, tenemos una Subdirección de Enfermería y cada día asumimos nuevos desafíos y nuevas áreas. Participamos directamente en las decisiones estratégicas, lo que potencia el ejercicio de nuestro rol de garantes de nuestros pacientes, de ver que siempre reciban una atención oportuna, de calidad y de excelencia”, relata.
Y, al hacer el balance personal de estos años de ejercicio, expresa un profundo agradecimiento a su familia, por su permanente apoyo para compatibilizar trabajo y familia, ejerciendo una profesión extremadamente exigente en términos de horarios y compromiso emocional. “Tengo que agradecer a mi esposo y a mis hijos, que siempre han sido colaboradores y apoyadores. Nunca me han cuestionado los extensos horarios, ni los fines de semana que a veces entregué al hospital, para coordinar y gestionar la incorporación de nuevos protocolos y estrategias de salud para la atención de nuestros pacientes. Gran parte de mi carrera como enfermera se la debo al apoyo que ellos siempre me han brindado”.
Al ser consultada sobre qué es lo que más disfruta de su trabajo actual, expresa que “ser parte de un gran equipo de Enfermería, cohesionado, que trabaja en conjunto, dando lo mejor. Un grupo extremadamente comprometido, que hoy cuenta con más de 15 supervisores en las diferentes áreas”.
Respecto de los desafíos que a su juicio enfrentarán a futuro los profesionales de Enfermería, indica que “continuar siempre capacitándose es muy importante, el área de la salud está permanentemente en movimiento. Todos los días surgen nuevas patologías, que requieren nuevos cuidados por parte de enfermeras y enfermeros. Qué mejor ejemplo que lo que estamos viviendo hoy con esta pandemia: una enfermedad nueva, donde además de prepararnos previamente, hemos tenido que modificar constantemente flujos de atención y cuidado. Creo que es importante que enfermeras y enfermeros estemos en continua capacitación, tanto en el área técnica, gestión, educación y, sobre todo, que aportemos desde el área de la investigación para generar y ampliar el arte del cuidar, que es lo que debemos hacer”.
– ¿Cómo imagina el rol de los profesionales de Enfermería en diez años más?
Con muchas más enfermeras y enfermeros que puedan aportar desde la gestión directiva ¿Por qué no pensar en una enfermera o enfermero director de hospital? Aportando desde los cuidados humanizados, preparando protocolos de acompañamiento en los momentos difíciles, en el tiempo del duelo, en la entrega de malas noticias. Nos veo más compenetrados con la comunidad, trabajando en los colegios, en las juntas de vecinos, potenciando la hospitalización domiciliaria. Trabajando a través de tele-enfermería, comunicándonos con los pacientes sin que tengan que venir al hospital, aprovechando la tecnología disponible hoy en día. Ya estamos caminando hacia ello, con un proyecto para seguir atendiendo a nuestros pacientes en sus controles de enfermería de las distintas especialidades, sin que tengan que acercarse por el riesgo que significa contraer el Covid 19.