El mes de diciembre alberga diversas celebraciones que buscan unir a las personas, siendo la Navidad la más significativa, especialmente para los niños de Chile y América Latina, y porqué no decirlo, para el mundo entero. Otro ejemplo igual de trascendental es el que se conmemora este 20 de diciembre: el Día Internacional de la Solidaridad Humana.
Tal como reza la Declaración del Milenio efectuada por la Organización de las Naciones Unidas, “la solidaridad es uno de los valores fundamentales y universales en que deberían basarse las relaciones entre los pueblos en el siglo 21” y, en base a esto, la ONU decide proclamar el 20 de diciembre de cada año como el Día Internacional de la Solidaridad Humana.
¿Cuál es su objetivo? Erradicar la pobreza y promover el desarrollo humano y social en los países menos industrializados.
Frente a esta declaración, no me cabe duda que el crecimiento del ser humano debe ser integral. Es decir, trabajemos por dejar atrás las carencias materiales y alimentarias de millones de personas, pero al mismo tiempo hagamos un esfuerzo mayúsculo para la entrega de herramientas socioemocionales que nos lleven a entender de mejor forma lo que es la solidaridad, la empatía, la compasión amorosa.
Busquemos que cada uno de nosotros y la sociedad entera pueda manejar sus competencias emocionales. Éstas son un conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, muy necesario y relevante para la toma de conciencia, en este caso para discernir sobre la importancia de la solidaridad en el desarrollo de la sociedad.
Hoy, en que la solidaridad es un valor tan necesario para sobrellevar crisis tan grandes como la que significa la pandemia generada por el Covid-19, hagamos de esta conmemoración una oportunidad para empezar a celebrar nuestra unidad en la diversidad; para promover el manejo de nuestras emociones y comprender, de mejor forma, el valor que tienen la solidaridad para lograr objetivos en común.
En tiempos en que la globalización y la creciente desigualdad parecen avasallarnos, fortalecer la solidaridad es un desafío indispensable.