Todos los Magallánicos deberíamos estar apoyando el petitorio nuestros Profesores
¿Cuándo dejamos que la indolencia, el desdén y la falta de empatía nos dirija?
¿Cuándo nos transformamos en una comunidad que se escandaliza por tener estacionamientos para comprar en el mall, pero no solidariza con demandas que están en favor de la educación, y con ello, en favor del futuro de nuestros hijos?
Magallanes ha sido siempre ejemplo de lucha social, nunca nos hemos doblegado ante las presiones del centro del país, o ante el abuso de quienes vienen a nuestra tierra a querer imponer lógicas perversas y abusivas, propias de otros territorios donde el interés real por las personas pasó a un segundo plano hace rato.
Nosotros tenemos la responsabilidad, como ha sido en muchas otras ocasiones en el pasado, de volver a ser la tierra de heroicas jornadas, como nos recuerda nuestra oración, y con ello, reivindicar la historia de quienes forjaron esta comunidad antes que nosotros.
Pensemos en que vereda estarían hoy Gallego Soto, Juan Efraín Ojeda, sindicalista y exparlamentario Magallánico, Alfredo Hernández antiguo diputado obrero por Magallanes, famoso por su frase “del andamio al parlamento”, o para no ir tan atrás en la historia, Carlos González, Cocho Cárcamo o Nelda Panicucci, pues bien, todo nos indica que estaría marchando junto a los profesores, porque entendían que una sociedad en la pobreza de la ignorancia, es una sociedad eternamente explotada.
Así las cosas, lo que tenemos que defender hoy es nuestra memoria, y con junto a ello construir nuestro futuro, porque la realidad es que hoy quienes nos gobiernan, no conformes con habernos quitado nuestros fondos de pensiones y entregárselos a los grandes capitales para que sean más ricos, dándonos pensiones de miseria, no conformes con quitarnos las empresas del Estado y vendérselas a precio huevo a los que acumulan la riqueza de este país, no conformes con acabar con el modelo de Educación Pública e inclusivo, que por tantos años fue nuestro orgullo, no conforme con todo eso y más, hoy también quieren quitarnos la Memoria, quieren eliminar esa Historia, que les recuerda día a día, año a año, que fueron cómplices de la destrucción y saqueo del Estado construido con el esfuerzo de muchos, que les recuerda que fueron cómplices de las aberraciones más cruentas a los derechos humanos de la última parte de nuestra historia, que les recuerda que fueron cómplices de la creación del modelo económico brutal que nos rige, y que hoy tiene al 66% de los hogares de chilenos endeudados.
Como es posible que hoy nuestros profesores estén en la calle luchando solos, nuestros profesores, quienes nos forman, quienes nos entregan los conocimientos necesarios para la vida, quienes muchas veces en este mundo individualista están junto a nuestros hijos consolándolos o simplemente escuchándolos, cuando no hay otro que lo haga, porque el trabajo, nuestra vida alienada, o simplemente el desinterés hace que las familias ya no se preocupen de lo que les pasa de verdad a sus hijos, y buscan en su profesor o profesora el consuelo o el consejo, que como sociedad ya no le damos.
Hoy lo que está en juego no son dos horas más o dos horas menos de clases, hoy no está en juego un punto más o un punto menos de asistencia, hoy está en juego el evitar que los malos ganen, que los que instalaron este modelo brutal e indolente, no terminen de socavar todo vestigio una memoria que nos muestra una sociedad que fue mucho mejor en el pasado, que nos cuenta que es posible vivir y organizarse de otra manera, más solidaria, más comprometida con lo que le pasa al otro, menos individualista, finalmente una sociedad que se preocupe del ser humano como el centro de todo, y no solamente de cuánto dinero acumulan los que tienen mucho.
A no olvidar que fuimos y somos diferentes, que no tenemos por qué aceptar lo que nos impusieron, que no tenemos por qué conformarnos y decir que esto no va a cambiar, que Santiago no escucha.
Los profesores hoy nos están dando con valentía y decisión un ejemplo y una lección, demostrando que todavía queda orgullo y dignidad en nuestra sociedad ante tanto abuso, y que, si nos proponemos con convicción cambiar lo que consideramos injusto, otro mundo es posible.
Ricardo Oyarzo Cárcamo
Presidente
Sindicato Administración Central
Corporación Municipal de Punta Arenas