Tal y como viene sucediendo cada primero de mayo, se presentan a la opinión pública una serie de imágenes que buscan orientar interesadamente la opinión de quien las observará. En una verá manifestantes que concurren a la convocatoria de la Central Unitaria, se exhiben lienzos y personas opinando, altas autoridades comparten con los asistentes en un clima calmo y coloquial.
Seguidamente se habla de otra marcha pero se ignora absolutamente a quienes la componen así como los emblemas y banderas. Todo el énfasis es puesto en algunos grupos de desadaptados que ocasionan desmanes y la consabida represión de carabineros, que no se acota a quienes están provocando desórdenes y tiene como único objetivo anular la marcha de la Central Clasista y otras organizaciones que convocan con sus propuestas a conmemorar el primero de mayo.
En la marcha de derechamente debemos llamar oficialista, el presidente de la república y sus ministros (cuando no son de derecha) ahondan en argumentos para mostrar potentes avances en materia laboral, todo esto unido a la genuflexión de dirigentes de distintas agrupaciones, que parecen ignorar todo aquello de lo que carecen los trabajadores chilenos.
No hay para la manifestación clasista, ninguna entrevista a dirigentes o participantes y menos se da cuenta de las propuestas y demandas que en ese acto se entregan.
No existen para los medios, solo reciben cobertura los tontitos de siempre que ayudan a quebrar el acto y que , habida cuenta de las imágenes exhibidas, justifican el actuar represivo de carabineros.
2.- Ciertamente este actuar es esperable y pasada la conmemoración vendrán los análisis y las conclusiones y es aquí donde es necesario llamar la atención.
La CUT insistió en saludar algunos avances como la jornada de 40 horas que ya está claro no será «una jornada semanal de 40 horas» y el aumento en el ingreso mínimo, poniendo en la palestra el llamado a que se legisle sobre la negociación por rama.
Ni una palabra sobre el derecho a locomoción y colación mensual, menos demandar la derogación del número 3 del artículo 10 que permite la polifuncionalidad y que fue legalizada en el gobierno del socialista Ricardo Lagos.
Los trabajadores no conocen las propuestas de la Central Clasista, que aunque están claras en muchos lienzos, volantes y periódicos que siempre son repartidos durante la marcha, no llegan con la celeridad debida a las organizaciones sindicales, ni son difundidas con regularidad en manifestaciones y acciones de propaganda de los afiliados a dicha instancia sindical.
Los trabajadores esperan propuestas claras y orientaciones concretas para comenzar a romper el estancamiento en el que están sumidos.
Es hora de pasar del discurso a la acción.