En las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes se desarrollaron 3 talleres público – privado, en los que se abordaron diversas temáticas relacionadas con las posibles consecuencias del fenómeno de El Niño en el sector salmonicultor, producto de la aparición de floraciones de algas nocivas, por especies como pseudochatonella sp. o Alexandrium catenella, entre otras, así como bajas de oxígeno en el mar, eventos asociados a mortalidades masivas de salmones en cultivo.
Soledad Tapia, directora nacional de Sernapesca sostuvo que «la coordinación para fortalecer el rol interinstitucional y el cumplimiento y responsabilidad por parte de la industria salmonicultora de enfrentar una eventual contingencia es fundamental para evitar repetir la experiencia del 2016 en Chiloé».
La autoridad hizo referencia al episodio vivido en nuestro país en donde en muy poco tiempo se registraron miles de toneladas de salmones muertos producto del Fenómeno de El Niño, y las complicaciones que trajo el retiro de esa mortalidad. «En marzo 2016, fue difícil el retiro de mortalidades y un gran porcentaje se llevó a plantas de proceso pero otro porcentaje menor se vertió al mar. También hubo varamientos otros recursos hidrobiológicos. Es importante hacer memoria, porque podemos enfrentar ese escenario está temporada estival, y debemos estar mejor informados y preparados» señaló Tapia.
En la actividad replicada en las tres regiones, participaron representantes de las diferentes instituciones que conforman el Comité Interinstitucional de Contingencias Ambientales (CIICA) regional y nacional, que incluyen al Ministerio de Salud, el Ministerio de Medio Ambiente (MMA), la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), DIRECTEMAR y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura, con la participación de SENAPRED, Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), la Autoridad Marítima regional y el Ministerio del Interior, además de representantes de la industria acuícola.
Es importante destacar que El Niño es parte de un ciclo natural que se caracteriza por generar calentamiento en las aguas superficiales del océano Pacífico; cambios climáticos como consecuencia del calentamiento del océano que pueden tener una serie de efectos climáticos en todo el mundo, como generar lluvias intensas en zonas que son secas o sequías en zonas de mayor humedad; impacto en ecosistemas marinos por el aumento de la temperatura del agua, entre otros efectos. Es relevante señalar además que, hasta la fecha, se ha podido determinar un aumento significativo en las temperaturas de todo el planeta, lo que puede agudizar la ocurrencia de contingencias ambientales en el período estival.