A través de un proyecto de acuerdo, el cual fue apoyado por 28 parlamentarios, el
senador Alejandro Kusanovic, solicito al Presidente de la Republica avanzar en un
nuevo sistema penitenciario que permita la implementación de nuevos modelos
carcelarios y de reinserción social para superar las falencias existentes y entregue
respuesta de forma planificada en el tiempo.
En la iniciativa, el parlamentario insistió en dar urgencia al proyecto de ley que
establece un régimen diferenciado de internación penitenciaria en los casos de
imputados y condenados que hubieren formado parte de bandas del crimen
organizado, recogiendo la experiencia italiana.
En el marco de la sesión especial en el Senado para conocer la situación actual
del sistema carcelario, el parlamentario por Magallanes, Alejandro Kusanovic
manifestó que “el sistema carcelario que tenemos está absolutamente agotado
hace décadas y no ofrece ninguna garantía en la rehabilitación de los condenados.
Hoy se necesita disciplina en las cárceles, con rutinas que le permitan reflexionar,
hacer un cambio en su conducta y sin comunicación con el exterior. No puede ser
que los delincuentes sigan operando desde las cárceles”.
La solicitud al Presidente, según se desprende del Proyecto de Acuerdo, va
mucho más allá de si se crean o no más cárceles, sino que solicitan “reformar todo
el sistema penitenciario con una mirada a largo plazo, revisar el rol de las
instituciones y elaborar nuevos estándares de las cárceles, facilitando su
construcción, distinguir el destino según el perfil y tipo de condenado; establecer
medidas que apunten a mejorar la disciplina, así como realizar tareas o trabajos
que beneficien a la comunidad; y adoptar medidas que permitan reflexionar sobre
su conducta durante el cumplimiento de las condenas privativas de libertad”.
Para Kusanovic, esta medida es fundamental y no pasa por donde hay que
colocar la cárcel, sino lo que pasa en su interior, detallando que “tenemos que
mirar la experiencia en el extranjero, lo que se está haciendo en las cárceles para
primerizos, los jóvenes y para el crimen organizado, donde tienen sistemas estilo
servicio militar, que buscan cambiarle la mentalidad al recluso, con rutinas,
ejercicio y disciplina, donde pueden aprenden oficios útiles para reinsertarse
efectivamente. Distinto a lo que tenemos en Chile, donde la cárcel se transformó
en la escuela del delito y las malas juntas».