El año recién pasado se realizó la trigésima versión del Festival Estudiantil en la Patagonia, certamen que ha sido baluarte en la tradición magallánica, un maravilloso espacio para la familia, rescate y patrimonio cultural intangible de nuestro país.
Durante la extensa historia del festival se puede decir con propiedad, que ha sido el escenario que ha visto florecer a miles de jóvenes de nuestra región. El valioso significado para este universo escolar musical de visualizar esta experiencia artística como proyectos de vida, que ha hecho derivar sus talentos y aptitudes hacia la docencia en música, a la vez de muchas otras opciones en canto y concertistas en diferentes instrumentos; además de un notable aumento de los talleres de música en cada establecimiento educacional. Y no solo en las artes musicales, sino también en locución, las artes visuales, en la fraternidad artística y cultural de una región que se reconoce e identifica en este trascendental evento.
El festival estudiantil ha sido reconocido como único en su género, ofrecía la participación en 4
categorías, desde el primer ciclo hasta la enseñanza media, promovía la creación a través de una
categoría de temas inéditos, para la educación media local y nacional. Dejando testimonio en cientos de Cds, Videos, material en internet, etc. La proyección regional que ha aportado el evento mediante su quehacer artístico estudiantil es de relevancia nacional. Por tantos logros, no podría continuar sin hacer un merecido reconocimiento a don Enrique Esparza Ibarra y al equipo del ex Departamento Extraescolar por su extraordinario trabajo en la organización del festival.
Tratar de resumir la historia de tan magno evento en estas líneas sería una tarea inconmensurable.
Sin embargo, si podemos decir que hoy ya no existe. El otrora evento que celebró solemnemente la música, las voces, las creaciones de las y los autores de Magallanes, hoy lamentablemente podría ser sólo un recuerdo; así de triste y categórico.
Actualmente, el festival Estudiantil parece haber quedado en tierra de nadie, sin organismo que asuma la responsabilidad de mantenerlo, sin futuro. ¡Que noticia más triste para nuestra historia, para nuestra cultura! ¿Lo permitiremos?
Desde el año 2023 en conjunto con la directiva de APROMUS (Agrupación de Profesores de Música de Magallanes, que reúne a los profesores de música desde Puerto Williams a Puerto Edén) así también, con el apoyo del Departamento de Educación y Humanidades de la Universidad de Magallanes, en la carrera de Pedagogía en Artes Musicales, nos hemos puesto la tarea de retomar nuestro preciado Festival. Ahora bien, recuperar el festival requiere de un esfuerzo mayor, necesita y demanda el apoyo económico de varias instituciones que puedan dar el patrocinio, defensa y aliento para mantener en el tiempo tan emblemático evento. Como APROMUS y Pedagogía en Artes Musicales nos ofrecemos a ser el puente para conseguir la obtención de este objetivo. La situación es urgente; si no se realizan las gestiones pronto, perderemos la realización del festival en su trigésima primera versión este 2024 y de
no mediar una solución hoy, su cese indefinido.
Hace unos días observé con tristeza y nostalgia como una hermosa casa ubicada avenida Bulnes esquina Mardones, cerca del monumento al ovejero, era demolida. Las máquinas destruían unos hermosos árboles que seguramente estuvieron en los inicios del urbanismo de Punta Arenas y que desaparecían ante mis ojos. Simplemente se borraba la historia, tan fácil y rápido desaparecía un testimonio de esfuerzo magallánico.
Espero no ocurra lo mismo con nuestro querido certamen, las máquinas de la indiferencia no pueden demoler el talento ni la cultura de Magallanes, un evento que lleva 30 años de trayectoria no puede apagarse, los niños y jóvenes de nuestro país merecen que el Festival Estudiantil en la Patagonia prevalezca.
Fernando Alarcón Oyarzo
Profesor de Estado en Educación Musical
Presidente de APROMUS Magallanes
Académico de la Universidad de Magallanes