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PULSO SINDICAL DIARIO DE LA CGT CHILE

No es un misterio que la prepotencia empresarial junto al actuar de jefaturas y supervisores limitan a muchos trabajadores, cuando se trata de defender sus derechos o reclamar el cumplimiento de ellos. La necesidad imperiosa de mantener el puesto de trabajo lleva a muchos a tolerar insolencias e incluso violaciones a su privacidad, que se van transformando en habituales y terminan siendo asumidas como conductas propias de la relación entre partes. Tal parece que no son muchas las diferencias respecto de la relación que en tiempos pretéritos hubo entre amo y esclavo.Es por eso que seguiremos persistiendo en el planteamiento que mueve nuestro trabajo. Si el trabajador no se educa en sus derechos seguirá siendo vulnerado constantemente. Debe entender de una buena vez que el patrón – o empleador si decir patrón provoca escozor a algunos – no es su amigo, ni la empresa una familia donde utilidades y pérdidas son asumidas por todos en igualdad. Trabajador y empresario ocupan roles distintos, determinados por la propiedad de las instalaciones y maquinarias. El primero debe producir lo que se le exige sin excusas y el segundo se queda con toda la ganancia que esa producción genera Y no hay más.No obstante y cuando la obsesión por producir y producir comienza a pasar a llevar a los principales gestores de esa producción, hay que hacerle un parelé inmediato.
2.- En muchas empresas – convencidos siempre los dueños del capital que los trabajadores son flojos y les roban, además de sacar la vuelta cada vez que pueden – no hallaron nada mejor que instalar cámaras de vigilancia a diestra y siniestra, pues de esa manera – según ellos – se iba a poner al descubierto quienes eran los que cumplían y quienes no, con sus obligaciones en la empresa. Y se pusieron cámaras en el ingreso a las instalaciones y también en las inmediaciones, en talleres y salas de producción y elaboración, culminando esto con equipos en las zonas de cambio de vestuario, casilleros e incluso en los alrededores de baños y servicios higiénicos. Por mucho tiempo los trabajadores guardaron silencio, hasta que tales acciones colmaron su paciencia. Regularmente esto sucede cuando hay sindicato en la empresa, porque es entonces cuando se ponen los reclamos ante la autoridad y se exigen fiscalizaciones. Aquí, un párrafo de una determinación de la Dirección del Trabajo que pone las cosas en su lugar:  «Asimismo, se establece en el pronunciamiento jurídico citado que, «por el contrario, su utilización … como una forma de vigilancia y fiscalización de la actividad del trabajador no resulta lícita, toda vez que supone  un control ilimitado, que no reconoce fronteras y que se ejerce sin solución de continuidad, lo que implica no sólo un control extremada e infinitamente más intenso que el ejercido directamente por la persona del empleador o su representante, sino que en buenas cuentas significa el poder total y completo sobre la persona del trabajador, constituyendo una intromisión no idónea y desproporcionada en su esfera íntima, haciendo inexistente todo espacio de libertad y dignidad.». ORD.: Nº  2875 – 72 del 22.07.2003″Conclusión: No te dejes nunca pasar a llevar, edúcate en los derechos, organízate y defiéndelos con dientes y muelas. Son tuyos, no los renuncies nunca.