Fueron 17 turistas trasladados en avión y 21 trabajadores a través del ferry Yaghan. Todos ellos debieron pasar por una aduana sanitaria. Junto a esto, cinco residentes de la provincia ingresaron a la isla Navarino, quienes deberán estar bajo una estricta cuarentena de 14 días. Todas estas acciones fueron autorizadas por la seremi de Salud de Magallanes y la Antártica Chilena, Mariela Rojas.
Un total de 38 personas fueron trasladadas por vías aérea y marítima desde Puerto Williams, además de cinco residentes que fueron ingresados a la isla Navarino, tras autorización de la seremi de Salud de Magallanes y la Antártica Chilena, Mariela Rojas. Todo esto, en medio de las estrictas medidas sanitarias que rigen tanto en la capital provincial -cordón sanitario- como Punta Arenas -cuarentena-, para mitigar la propagación del coronavirus.
A tempranas horas de esta mañana, 17 turistas que se encontraban hace casi un mes en la zona, concurrieron hasta el aeródromo Guardiamarina Zañartu. Allí, un avión Twin Otter de Aerovías DAP los esperaba para iniciar el corredor sanitario, a través de un vuelo chárter hasta Santiago, con escala en Punta Arenas. Todo este proceso se había estado gestionando desde el 6 de abril pasado, cuando la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, anunció el traslado de este grupo de personas.
“Junto a la Armada pudimos lograr este objetivo finalmente, y hoy día ya fueron embarcados tomándose todas las medidas de precaución”, manifestó el gobernador de la Provincia Antártica Chilena, Nelson Cárcamo, destacando la aduana sanitaria que llevó a cabo el equipo médico del Hospital Comunitario Cristina Calderón. “Esta ventana que se abrió fue exclusivamente para dar la posibilidad de que estos turistas, que tenían que regresar, lo pudieran hacer sin inconvenientes”, agregó la máxima autoridad provincial.
TRASLADOS AÉREO Y MARÍTIMO
De los 17 turistas, 10 eran chilenos, mientras que el resto provenía de países como Estados Unidos, España, Italia y Francia. Según el coordinador en Puerto Williams de la Jefatura de Defensa Nacional (Jedena) de Magallanes, comandante del Distrito Naval Beagle y gobernador marítimo de Puerto Williams, capitán de navío Cristián Yáñez, tras finalizar el vuelo, los extranjeros “se pondrán en contacto con sus respectivas embajadas hasta poder ser evacuados a sus países de origen”, mientras que “los chilenos van a poder retornar a sus lugares de residencia habitual”.
Sólo una integrante del grupo era residente de Punta Arenas. “Cada persona, dependiendo en la condición en que se encuentre su ciudad de residencia, va a tener que efectuar cuarentena si así está dispuesto. En Punta Arenas, como está dispuesta una cuarentena total y un cordón sanitario, la persona residente va a tener que hacer una cuarentena de 14 días, donde le disponga la autoridad sanitaria”, complementó el comandante.
En tanto, tres residentes de la provincia llegaron en el mencionado avión desde Punta Arenas, así como también otros dos a través del ferry Yaghan. Los cinco deberán mantenerse bajo una estricta cuarentena obligatoria de 14 días en Puerto Williams, ciudad con 18 casos confirmados de Covid- 19, donde rige un cordón sanitario tras el levantamiento de su cuarentena el 7 de abril pasado.
Cabe mencionar que todos los pasajeros, salvo los residentes de la Provincia Antártica Chilena y la persona residente de Punta Arenas, debieron cancelar 350 dólares cada uno por el vuelo chárter hasta Santiago.
Por otra parte, durante esta tarde, 21 trabajadores se embarcaron en el ferry Yaghan que se dirigió rumbo a Punta Arenas, también tras autorización de la seremi de Salud de Magallanes y la Antártica Chilena. En la instancia, así como sucedió en el aeródromo, igualmente debieron pasar por una aduana sanitaria, esta vez a cargo del equipo médico del Hospital Naval.
Específicamente, se embarcaron 14 personas de la empresa constructora Arauco, cuatro de O’Neill, uno de Salfa y dos pescadores. De acuerdo a lo planificado, todos ellos deberían llegar el domingo en la noche a Punta Arenas, para, al día siguiente, trasladarse directamente al aeropuerto Carlos Ibáñez del Campo, donde deberán tomar un avión rumbo a Santiago, luego de haber pasado por las aduanas sanitarias correspondientes.
EXPERIENCIA DE TURISTAS Y TRABAJADORES
A fines de marzo pasado, Emilia Venegas y Alberto Espinoza, ambos oriundos de Santiago, desembarcaron del ferry Yaghan a Puerto Williams tras 36 horas de navegación desde Punta Arenas. El plan de ellos era caminar el circuito de senderismo de los Dientes de Navarino durante sus vacaciones. Sin embargo, se encontraron con una sorpresa en medio de las medidas sanitarias que se iban decretando diariamente en el territorio chileno.
“Entramos justo el día que se cerró la isla (Navarino). Entramos en el ferry a las 8 de la mañana, y a las 8 de la noche ya estaba cerrada la isla, lo que nos complicó. Veníamos de vacaciones, por un par de semanas, y se extendieron hasta un mes. Estuvimos bien complicados por la situación de volver a los trabajos”, recuerda Alberto.
Y Emilia añade: “La mayor complejidad de esto fue la incertidumbre, porque nosotros veníamos con un presupuesto que era de vacaciones y finalmente pasamos encerrados más de 15 días por la cuarentena obligatoria y después la voluntaria. Al final nosotros decidimos hacerla por respetar a Puerto Williams, porque la gente es muy ordenada, no es como Santiago. Y qué bueno que sea así, porque son más estrictos y nosotros queríamos respetar eso también, así que nuestras vacaciones no fueron tan vacaciones”.
El tiempo transcurrió entre sus cuarentenas, su subsistencia en la isla a pesar de los elevados precios de productos básicos -como la comida- y caminatas por el Parque Etnobotánico Omora, hasta que, finalmente, este sábado lograron ser parte de las 17 personas que se embarcaron en el vuelo rumbo a la capital nacional.
Misma chance obtuvo Juan Cisternas, quien sí alcanzó a caminar dicho circuito de trekking, mundialmente conocido por ser el más austral del mundo. Sin embargo, cuando retornó de la montaña, se enteró de la cuarentena que estaba pronto a regir en Puerto Williams.
Una vez finalizada esta medida e iniciado el cordón sanitario, ya en las primeras reuniones de coordinación con las autoridades locales en el Gimnasio Naval, Juan relataba su obligada y extensa estadía en la isla, donde compartió con otros turistas de diversas partes del mundo en un camping de la ciudad. “Se ha generado un fiato muy grande, así que por lo menos, desde ese punto de vista, de que todos estuviéramos haciendo una cuarentena en un mismo lugar, con gente de distintas realidades, distintas culturas, genera un intercambio muy positivo. Todos nos estuvimos apoyando. Tratamos de hacer actividades todo el día”, mencionaba el joven oriundo de Santiago, cuando aún no había fecha definida para un traslado.
Transcurridas varias semanas desde aquel hecho, estando a minutos de embarcarse en el avión, Juan entrega un último mensaje: “Ya llega el día en que por lo menos se culmina este proceso, en el cual algunos estamos retornando a nuestros hogares, algunos a sus países y, sin el apoyo de la Armada de Chile, que fue la que coordinó todo esto, especialmente el teniente (Gianluca) Maggio, no se hubiera podido lograr”.
En tanto, Oliver Morales, uno de los 21 trabajadores trasladados vía marítima, relata que por haber estado trabajando frecuentemente, su experiencia bajo las diversas medidas sanitarias no fue tan estresante como esperaba. “Estábamos preocupados, pero la complejidad fue durante los momentos de cuarentena total que aplicó la ciudad. Pero, salvo eso, como tenemos proyectos de conectividad, pudimos seguir laburando”.
“Se están haciendo todos los trámites, con la normativa, con lo que se decreta a diario para poder después volver sin ningún problema, porque tampoco se trata de una desvinculación de nosotros de la empresa, sino que es un retorno con descanso”, agrega.
Antes de caminar por la rampa, subirse al ferry y pasar por la aduana sanitaria, Oliver asegura que el ánimo de los trabajadores mejoró mucho más. “Están todos felices por irse a casa”, concluye.