La Corte de Apelaciones de Punta Arenas, con fecha 2 de septiembre, confirmó el rechazo del recurso de nulidad presentado por la defensa del individuo condenado por femicidio, sentencia histórica que impuso presidio perpetuo calificado y que fue obtenida gracias a la representación de los tres hijos de la víctima por parte del Programa Mi Abogado, perteneciente a la Corporación de Asistencia Judicial.
La abogada querellante y curadora ad litem, Claudia Guerrero, destacó la importancia de la participación activa de los hijos de la víctima en el proceso judicial, resguardando siempre sus derechos, así como la importancia de que su testimonio fuera escuchado durante el proceso judicial.
“Así, queda ejecutoriada una sentencia histórica en nuestra región”, señaló, subrayando que la intervención de los querellantes fue decisiva para que el Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas acogiera la solicitud de presidio perpetuo calificado en lugar del presidio perpetuo simple, inicialmente solicitado por el Ministerio Público.
Abogada querellante y curadora ad litem, Claudia Guerrero
“El PMA incluye un equipo conformado por abogados, psicólogos y trabajadores sociales, quienes coordinan con diversas instituciones para asegurar el bienestar de nuestros representados”
La pena máxima que contempla el ordenamiento jurídico chileno implica que el condenado no podrá optar a ningún beneficio penitenciario durante los próximos 40 años.
El programa no solo brinda apoyo legal, sino que también ofrece una intervención interdisciplinaria para garantizar la restitución de los derechos de niños, niñas y adolescentes afectados por delitos de violencia. “Incluye un equipo conformado por abogados, psicólogos y trabajadores sociales, quienes coordinan con diversas instituciones para asegurar el bienestar de nuestros representados”, indicó Guerrero.
El fallo marca un precedente en la región, no solo por la severidad de la sentencia, sino también por el llamado a las víctimas y sus familias a participar activamente en los procesos judiciales, utilizando la querella como herramienta clave para ser escuchadas y representadas.
Este veredicto es un avance importante en la lucha por la justicia para las víctimas indirectas de la violencia de género, como los hijos de la víctima, quienes, a través de esta condena, obtienen una forma de reparación jurídica y social.