Con el propósito de presentar una solicitud ciudadana de reconocimiento a la agricultura
familiar campesina como patrimonio cultural inmaterial en Magallanes y en Chile, de
acuerdo a criterios UNESCO, se dio inicio a una serie de encuentros con cultoras y
cultores de esta tradición, organizados por Servicio del Patrimonio Cultural (Serpat) e
Indap. Estos encuentros se iniciaron en Punta Arenas y luego se realizarán en Natales,
Tierra del Fuego y Cabo de Hornos.
El director regional del Serpat, Pablo Quercia, explicó que “el patrimonio cultural no se
limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o
expresiones vivas, heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros
descendientes, tales como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales,
rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y
saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional. A este patrimonio se le denomina
patrimonio cultural inmaterial”.
Por su parte, el director regional de Indap, Gabriel Zegers comentó que “en Magallanes, el
conocimiento tradicional campesino, los saberes ancestrales, se combinan también con
las técnicas que los agricultoras y agricultores han tenido que desarrollar y adaptar a las
difíciles condiciones climáticas y ambientales del territorio. El autorreconocimiento del
enorme trabajo que han realizado por generaciones, así como ahora, el reconocimiento
del Estado mediante este proceso, creemos que contribuirá a posicionar la ruralidad, no
como lo que hay fuera de las ciudades, sino como un mundo con ciclos, tiempos y ritos
muy diferentes, que deben ser reconocidos, valorados y protegidos territorialmente.
La AFC de Magallanes tiene un conjunto de hitos y tradiciones que le entregan una clara
identidad, entre ellas destaca la asignación de roles a través de la minga o ayuda mutua,
la creación de las quintas en los patios de las casas, la migración chilota y otras colonias
migrantes, que aportaron sus conocimientos y sabidurías, posteriormente, las primeras
capacitaciones en el uso de invernaderos, la formación de cooperativas, el rol de Instituto
de la Patagonia con el Barrio Hortícola, entre otros hitos.
La actividad fue evaluada positivamente por el Serpat e Indap y se espera continuar
trabajando con los agricultores de otras comunas para compartir esta iniciativa, que busca
el reconocimiento de los hombres y mujeres campesinos que trabajaron por asentarse en
este territorio y producir para sus familias y para toda comunidad, productos naturales,
frescos y sanos.