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Porque el idioma de infancia es un secreto entre los dos porque le diste reparo al desarraigo..» canta Maria Elena Walsh

Hace algunos días recordamos el natalicio 107 de nuestro querido Galvarino Arqueros P. lo que generó muchos saludos y recuerdos.
No obstante, quiero detenerme en uno de los muchos comentarios recibidos para desarrollar nuestra visión de la trascendencia, que va más allá de creencias o convicciones morales y/o religiosas, todas respetadas por cierto.
Dijo una persona que es solo cuestión nuestra eso de que «hay hombres que nunca mueren» pues todo y todos en el planeta lo hacen. Tiene razón, ya que todos moriremos tarde o temprano, pero parece no querer entender que aquellos que marcaron caminos y que fueron más allá del vivir para sí mismos, estarán siempre presentes producto de sus decires y haceres.
El que indicó caminos permanece junto a quienes los siguieron y esto supera a la presencia física.
Eso es la trascendencia y permite situar a Arqueros en el mismo nivel de Lenin, Recabarren, Lara o cualquiera otro que pasó antes dejando huellas.

2.- En estos tiempos de individualidad, sobreconsumo e idiotización, vale más que nunca la pena, fijar la atención en aquellos que lo dieron todo por ayudar y apoyar causas y luchas aún a costa de descuidar su propia salud, lo que les llevó a partir antes de tiempo aunque es cierto que para la muerte el tiempo es relativo.
Nunca dejaremos que se pierdan en el olvido las enseñanzas y consejos de Jorge Long Prunes, abogado laboralista que fue y es compañero y amigo de esta organización.
Y qué decir de Rosa Hueraleo Vega, que nos dijo que desde donde estuviera estaría pendiente de nosotros y dejó la vara alta en esto de dar hasta que duela. Por cierto no son sólo hombres los que trascienden por lo que lo mejor será decir de ahora en adelante que » hay hombres y mujeres que nunca mueren».