En vísperas del 18, haciendo fila fuera de una verdulería, divisé un amigo. Él ya venía de salida, con su bolsa de compras. Me comenta al pasar: “¡Ocho lucas por tres cosas!, es el colmo, deberías escribir de esto”. Tuve un par de decenas de razones más, para encontrarle razón, cuando salí con mi propia bolsita. Por ello, trataremos de explicar, cómo funciona el mecanismo de asignación de precios. En Chile existe una economía de libre mercado. De acuerdo a la teoría económica, los precios de los bienes y servicios, “se establecen a través del libre juego de la oferta y la demanda”. Filas de gente esperando para adquirir productos, o aglomeraciones afuera de las tiendas en navidad, son ejemplos concretos, de aumentos en la demanda de bienes y servicios. ¿Qué puede producir estos aumentos en la demanda?, la teoría define como determinantes de la demanda:
-El precio del bien. Una disminución del precio del bien, producirá un aumento de la cantidad demandada. Un aumento del precio, producirá una disminución de la cantidad demandada.
-Los precios de los bienes sustitutos, aquellos que pueden satisfacer la misma necesidad. Un aumento en el precio del bien, produce un aumento de la demanda de un bien sustituto. Ejemplo café y sucedáneos del café.
-El precio de los bienes complementarios, un aumento en el precio del bien produce también un aumento en el precio de los bienes complementarios, y una disminución de su demanda. Ejemplo pan y mantequilla.
– Ingreso real, a mayor ingreso se producirá un aumento de la demanda de bienes normales.
-Gustos, influye en las decisiones de compra, influenciados por las costumbres (fiestas patrias, navidad), tendencias o moda.
– Población. Un aumento de población, involucra un aumento de la demanda. 20 mil personas demandan 20 mil panes, 158 mil personas, demandarán 158 mil. Una disminución de población, producirá el efecto contrario.
-Expectativa del cambio futuro en los precios. Lo que las personas creen que va a pasar, influye en la demanda. Si se espera un aumento del precio de los pescados y mariscos para Semana Santa, esto producirá un aumento de la demanda de bienes sustitutos. O se procurará anticipar las compras, y conservar en el congelador.
Cómo puede apreciarse, en el ejemplo de las verduras en fiestas patrias, se conjugan varios factores. Por un lado, un aumento de demanda asociado a los gustos. En el pasado, se agregaba el factor Ingresos, debido al pago de aguinaldos de fiestas patrias. En esta oportunidad, el factor ingresos, pudo estar presente, con el retiro del 10% de las AFP. Del mismo modo, la expectativa en el cambio futuro de los precios, influyó sobre manera, en el aumento de la demanda. Es muy claro este factor, en Magallanes, donde tradicionalmente el precio de las verduras, así como el de las carnes, sube durante las fiestas patrias. Consumidores haciendo fila fuera de verdulerías así lo acreditan.
Hasta ahí tenemos una explicación teórica, y general, acerca de lo que produce los aumentos de demanda. Para la determinación de los precios de los bienes, esto se conjuga con la oferta de bienes y servicios. Que opera de una forma similar, pero a la inversa. A mayor oferta menor precio, ergo a menos oferta, mayor precio. El problema, tiene una explicación teórica, pero probablemente no satisface. Y eso también tiene a su vez explicación. El libre juego de la oferta y la demanda, base de nuestro sistema de libre mercado, supone la existencia de una competencia perfecta. Una libre competencia entre distintos y múltiples oferentes de bienes y servicios. De este modo, teóricamente, el consumidor podrá alcanzar la máxima satisfacción posible, con su ingreso disponible. En la práctica, en Magallanes, en ocasiones como la descrita, nos vemos limitados. Por las condiciones de aislamiento, costo del flete y costo de combustible, por la enorme distancia a los centros productores, existe una cantidad reducida de proveedores. Si agregamos las condiciones actuales, que limitan a los consumidores en sus desplazamientos. Limitación del número de personas que pueden ingresar a los grandes supermercados. Han volcados a miles de personas, a los proveedores minoritarios. Y digámoslo por su nombre, en algunos casos, esos proveedores, no han estado a la altura. La especulación o los sobre precio, escapan al funcionamiento normal de la economía. Lamentablemente, mi amigo Alfredo, yo, y otros tantos que estábamos en esa fila, teníamos el tiempo acotado del permiso temporal. Ya no podíamos optar por buscar en otro comercio. Claramente, este caso, no se ajusta en nada a la teoría económica. Sólo diré que ni siquiera estaban puestos los precios de los productos. Así que, amigo mío, no vuelvas a comprar en ese lugar.
Los frutos del progreso, no sirven si sólo son para unos pocos. En tiempos en que muchos ofrecen mejorar nuestras vidas, en tiempos en que nosotros mismos, añoramos una sociedad mejor. Jamás olvidemos que ningún proyecto social, económico o político, tendrá éxito si no actuamos con honestidad, con lealtad, con generosidad.
Ernesto Sepúlveda Tornero