Por primera vez desde la recuperación de la democracia, – y a solicitud suya a las autoridades centrales -, Punta Arenas lleva tres noches bajo Estado de Emergencia. Es un acto violento para los ciudadanos Magallánicos ver a militares vigilando nuestras calles con armamento de guerra. Tal situación nos recuerda los peores momentos de nuestra historia patria, durante la dictadura cívico-militar del año 1973, y representa un duro cuestionamiento a la capacidad de la policía local de prevenir y controlar la ocurrencia de actos indeseados de grupos minoritarios y que la inmensa mayoría condena. La presencia militar sólo exacerba los ánimos y es hora de terminar con ella.
Señor Intendente la ciudadanía de la región, a lo largo de su historia ha defendido con firmeza aquello que considera justo. Y eso no es un crimen. Al contrario, es una bandera de dignidad que enorgullece y nutre el momento actual y la expresión pacífica de miles de magallánicos. Por todos ellos, por nosotros, por nuestras familias, le exigimos transparentar a la comunidad la injustificada aplicación del estado de emergencia y revocar la medida; convirtiendo a Magallanes en la primera región en restituir la plenitud de sus derechos ciudadanos.