Esta semana la Sala del Senado despachó el proyecto que permite que el Servicio Electoral de Chile pueda dictar -sin necesidad de hacer modificaciones legales en cada caso- medidas que permitan realizar un plebiscito de manera segura en medio de la emergencia sanitaria.
Plebiscito seguro y participativo, escuchamos en voces de distintos actores políticos , que a ratos parece ser más un slogan que una meta, ya que anterior a estas condicionantes, se debe tomar medidas que puedan garantizar que los ciudadanos podamos concurrir con tranquilidad y certidumbres a sufragar , con acciones comunicacionales , sanitarias y logísticas claras .
Es así, como las organizaciones de la sociedad civil y redes profesionales plantean ante el Servel colaborar para que exista una toma de decisiones amplia, informada, inclusiva, que sume diversidad de voces y contribuya a generar una percepción positiva sobre las medidas para celebrar el plebiscito.
A 70 días de la elección, el Plan paso a paso parece ser insuficiente , por ello , debe primar el manejo eficiente de la pandemia , es tiempo de enmendar la evidente falta de dialogo que ha existido en los distintos niveles territoriales, así avanzar al control efectivo , se echa de menos la validación de instancias locales con la presencia de expertos, autoridades y sociedad civil, más allá de deslindar culpas o responsabilidades de una vereda a otra, la magnitud esta emergencia requiere de escuchar con humildad y comprensión . Los actuales datos de contagios en nuestra región, el relativismo y hasta a veces exitismo comunicacional son señales equivocas, que solo aportan a la profundización de la desconfianza.
Una mezquina cuenta si se quiere poner un manto de sospechas , miedos sobre la realización del esperanzador proceso deliberativo, paradójico que tenga más riesgos ir a votar que al supermercado.
Hay medidas urgentes que deben asumir, para combatir la amenaza de manipulación que representa la desinformación, sabido es, que esto tiene efectos directos sobre la concurrencia a votar donde menos participación electoral hay, grupos y territorios vulnerables.
En la misma línea pendiente está, normar el avisaje en plataformas online, el financiamiento privado, transparencia y control del gasto electoral. Temas que se desdibujan en la vorágine de la emergencia.
El plebiscito de octubre es una de las 154 votaciones que se harán este año en el mundo, entre los meses de enero a agosto se han celebrado 58 elecciones, no existiendo evidencia que en esos lugares haya mayores contagios, hospitalizaciones o muertes por Covid 19.
La legitimidad de este proceso electoral, dependerá de las condiciones de seguridad e información en el cual se desarrolle, en el contexto de debilitamiento de la confianza en las instituciones tradicionales de la democracia representativa, se debiese impulsar una fuerte iniciativa de la sociedad civil, autoridades de gobierno y de los partidos políticos para fomentar una masiva participación.
A casi 4 décadas del oscuro plebiscito del 80 , es un imperativo ético hacer los esfuerzos en unidad para que obtenga amplia mayoría la opción Apruebo , pues nos debemos como sociedad este reencuentro, la posibilidad de opinar , abrir el camino para discutir sobre los temas sustantivos y que a través del proceso constituyente cada ciudadana/o deje su huella en la nueva constitución
Paola Fernández Gálvez
Licenciada en Ciencias Políticas
Colectivo Vanguardia Comunitaria