El conflicto palestino – israeelí es de larga data y tiene su origen en el intento de Israel de controlar toda la región, privando a los palestinos de espacios y lugares que por siglos fueron su habitat.
El esfuerzo hegemónico de los judios en desmedro de los derechos de los árabes es la clave de todo este conflicto, que tiene decenas de años y que está aún muy lejos de solucionarse.
No estar claros en el origen del conflicto llevará a muchos a creer a pie juntillas la información sesgada que están entregando los medios que controlan mundialmente las comunicaciones. Quienes aman la vida y la paz, por cierto que condenan y condenarán toda acción que ponga en riesgo la seguridad y la vida de seres humanos inocentes.
Pero cuando no hay una correcta y verídica entrega de información, es muy fácil que se imponga la particular visión de uno de los sectores en discordia ignorando todo lo demás.
Y es lo que hoy sucede con las últimas acciones del movimiento Hamas, que atacó algunos sectores de Israel y llevó a este país a declararles la guerra.
No solo hay una desinformación evidente, sino que se sigue ocultando lo central del problema que no es otro que la defensa utilizando todas las formas de lucha contra el holocauto que lleva a cabo Israel contra el pueblo palestino, a quienes no solo les han ido quitando sus tierras sino también asesinando despiadamente a mujeres y niños palestinos, que ciertamernte no son militantes de Hamas y por quienes ni se levantan oraciones ni se piden castigos ejemplares contra los que les asesinan, que son soldados israelíes.
El mundo se ha negado a mirar y denunciar las barbaridades y atrocidades cometidas por Israel durante decenas de años y que han costado la vida de miles de árabes, además de la anexión de territorios y la imposición de un poder militar sobre un pueblo.
Mientras los medios persistan en mostrarnos sólo el dolor que afecta a quienes resultan víctimas directas o indirectas de la acción del grupo Hamas, no habrá paz ni concordia.
2.- No es muy dificil buscar similitudes entre la lucha del pueblo palestino y el pueblo mapuche. Los mapuche también fueron privados injustamente de sus tierras y se les fue empujando a espacios mínimos en comparación a lo que tenían, tierras ancestrales heredadas de sus padres y de los padres de estos.
El Estado de Chile ordenó al ejército matar, mutilar, destruir hogares y familias. Luego fue entregando la tierra, quitada con armas y argucias leguleyas, a colonos extranjeros y latifundistas que sometieron a los propietarios originales de esas tierras y les hicieron trabajar para el nuevo amo.
¿No tiene acaso el mapuche el derecho a reclamar por lo que se les arrebató a sangre y fuego, utilizando para ellos todas las formas de lucha?
Lo tiene, pero los dueños del poder y sus aparatos se la han jugado por mostrar al mapuche como un terrorista enajenado, que debe ser perseguido y castigado en forma ejemplar.
Muchos son, los que sin conocer la historias se hacen parte del discurso de los dueños del poder.
Tenemos entonces la obligación de informarnos, analizar los hechos y sacar conclusiones que nos lleven hacia la verdad.
De no hacerlo seguiremos haciendo el camino que ha marcado el sistema.