Sin duda que Arturo Vidal es un tipo bueno para la pelota, al mismo tiempo que carga con carencias y limitaciones producto de su deficiente formación inicial, algo que afecta a muchos deportistas de nivel que encontraron en el fútbol rentado, el camino para ganarle a la vida y disponer de muchos recursos económicos, que en algunos casos les nublan el horizonte y les hacer decir y hacer cosas sin pensarlo mucho.
Resultado?, no son pocos los que terminan quebrados, estafados por representantes inescrupulosos o inversiones fallidas y viviendo de los recuerdos.
Es esa figuración y el entorno lo que lleva a muchos, incluido Vidal, a emitir expresiones que vale la pena no dejar pasar.
Cuando los futbolistas nacionales a través de su sindicato resolvieron paralizar actividades si se seguía aumentando la cantidad de jugadores extranjeros en cancha en desmedro de los nacionales, Vidal no halló nada mejor que decir que aquella medida de presión era una «tontería». Por cierto que tiene derecho a expresarse, pero también debe saber que es y qué hace un sindicato.
En su equipo hay un capitán y este entregó el respaldo de sus compañeros al paro por lo que Vidal debió guardar silencio, pero como tiene el bichito ese de opinar sobre todo se mandó una declaración que debe ser rechazada, pues va en contra de la decisión de sus compañeros de trabajo, decisión que apunta a la defensa de los jugadores, muchos de los cuales no disfrutan de las garantías y privilegios de los que disfrutas Vidal.
2.- Luego se producen los incidentes en el estadio nacional y reclama de que debió seguirse jugando pues «en otros países se pueden estar matando y no se suspenden los partidos», afirmación bastante riesgosa pues nadie ni siquiera un deportista de élite puede validar incidentes como esos, que en caso alguno representan a los hinchas del fútbol.
El descontrol, la destrucción y las salidas de madre de algunos, no le hacen bien a un deporte como el fútbol, como tampoco lo hacen los precios prohibitivos de las entradas, la represión excesiva y sin asunto hacia quienes no están más que observando un partido.
Cosas del fútbol dirán algunos, señales de lo dañada que está la sociedad, decimos otros.