Desde pequeños, la imagen de extensos campos nevados, nos evoca cuentos infantiles, también historias navideñas, con esas lindas fiestas que celebran en el hemisferio norte. No son paisajes comunes en hemisferio sur, y en pocos lugares de Chile se pueden apreciar. Algo maravilloso de Magallanes, es que nos brinda estas postales en invierno. Es cierto, que no tanto como antaño, por lo que dicen los mayores. Ellos nos hablan de nevadas copiosas, que duraban varios días. De Semanas y semanas de nueve y lagunas congeladas. De interminables juegos en trineo y patines deslizándose por el hielo. Vivir en nuestra tierra extrema de Magallanes, tiene esta ventaja, de poder apreciar la belleza natural, sin tener que alejarse mucho de casa. Y por supuesto sin tener que hacer costosos viajes, a centros invernales. La nieve, con su blanca capa, todo lo cubre. Nuestro tesoro más preciado, el territorio antártico, tiene se nos acerca con cada nevada. Dentro de su singular belleza, la blancura eterna, sin postes ni cables, de avisos publicitarios, hermana en belleza, a aquel que está en las antípodas de Magallanes, el desierto de Atacama. Otro paisaje agreste, naturaleza en su más pura expresión. El famoso explorador inglés, Sir Lawrens de Arabia, enamorado de las arenas eternas, llegó a decir que lo más bello del desierto, es que “Es limpio”. Otro tanto se puede decir del continente antártico. Es limpio.
Amigos y amigas, este invierno es especial. Se está gestando, bajo esa blanca capa de nieve, ese cambio que sólo se puede dar, en el silencio, en la paz de la naturaleza. Una multitud de seres vivos, aguardan calladamente, el momento en que serán llamados, a la acción, a la vida exterior.
Del mismo modo, que el ciclo de la naturaleza, la vida del hombre en nuestra hermosa tierra, pasa por las mismas etapas. Hemos estado aguardando, que el curso social y político, retome su cauce natural. Decisiones trascendentales de nuestra vida en sociedad, dependen del restablecimiento de un orden, coherente y en armonía, del sentir de las grandes mayorías. Debe retomarse el camino, que hemos venido recorriendo a través de décadas, debemos recuperar espacios, y abrir nuevas sendas. Nos acercamos al nacimiento, a la eclosión, de una nueva forma de relacionarnos, de una nueva forma de organizar nuestra vida en comunidad.
Este invierno en Magallanes, es muy especial. Avanzamos con paso firme, y con el esfuerzo de todos, hacia el desafío “Covid-Cero”. Un compromiso que debemos asumir con entusiasmo, ahora que lideramos en Chile, la reducción de casos de contagio, y resultados de positividad de exámenes. Magallanes puede y debe ser ejemplo para todos los territorios, y todas las comunidades del país.
Esta semana, con el marco de nuestras hermosas calles, cubiertas de nieve, vamos a dar un enorme paso, hacia el reconocimiento de nuestra identidad y nuestra autonomía. El momento tan largamente esperado, se hace realidad, y este 14 de julio de 2021, asumirá como el primer gobernador regional, electo popularmente, don Jorge Flíes Añón. Con el lema “Por la región que queremos”, nos llena de orgullo y de sueños. Nos impulsa a seguir adelante, con esperanza y alegría.
Iniciaremos un nuevo ciclo en Magallanes, una tarea que demandará el trabajo y el apoyo transversal de todos y todas. La unidad detrás del propósito de alcanzar nuestro desarrollo, tal como ha sido a lo largo de toda nuestra historia, en los momentos importantes, no cabe duda, que todos estaremos, apoyando al nuevo gobernador regional.
No vale la pena, comentar las pequeñeces políticas de las autoridades gobernantes. El gobierno de turno, derrotado en todos los comicios recientes, se niega a reconocer la voluntad popular. Y plantea zancadillas, dilaciones. Reducción de fondos, y todo el arsenal de triquiñuelas de la vieja, y más mala política. Aquella que el pueblo de Chile, ha dicho fuerte y claro que no quiere nunca más.
En este blanco y brillante escenario invernal, debutará el nuevo gobernador regional Jorge Flíes, son múltiples y complejas las tareas que se avecinan, pero es un liderazgo probado en la gestión pública, en la conducción, y en la capacidad de convocar a los más grandes y amplios sectores de la ciudadanía.
Son tiempos en que la naturaleza, prepara los materiales, para una nueva vida que está por nacer, un nuevo ciclo que se abre, pletórico de promesas y de parabienes. Formando parte y en armonía con el ciclo natural, nos preparamos como comunidad, para renacer, para germinar con la helada semilla, para brotar con renovada fuerza, bajo la tierra y la nieve. En Magallanes, zona extrema, Volveremos a ser dueños de nuestro propio destino.
Ernesto Sepúlveda Tornero