Con total intención dejamos pasar algunas semanas para analizar el llamado a paro nacional hecho por la CUT para el 11 de abril recién pasado, paro que ciertamente no tuvo adhesion de los trabajadores y solo concito el apoyo de algunas organizaciones (mas siglas que socios para ser justos), por lo que no se tradujo en una movilización efectiva de asalariados organizados.
Fue tan pobre y desprolija que ni siquiera fue considerada por los medios de comunicación, que andan detrás de cualquier noticia que sirva para atacar y denostar al gobierno.
No lo decimos con alegria, pues el fracaso de esta y otras jornadas similares no sólo perjudica a los convocantes, sino a todos los trabajadores chilenos, pues son la muestra más clara del bajo nivel de organización y del daño que produce la dispersión.
Cinco centrales sindicales, decenas de federaciones y confederaciones, coordinadoras y una serie interminable de siglas y declaraciones de principios, que en caso alguno se traducen en la organización multititudinaria de trabajadores, bajo un objetivo comun.
2.- Lamentablemente la crisis aún está en curso, seguirán subsistiendo todavia aquellos instrumentos de organización que apuestan a desmovilizar, a buscar a través de intermediarios algunos avances y beneficios pirricos, que no sacaran a los trabajadores del abandono en el que se encuentran.
Hay que hacer todo el camino no mas, no queda otra, perseverar y desarrollar la capacidad de explicar porque estas cosas suceden.
Nada se consigue con leyes blandengues, el abuso seguirá.
Lo unico que promueve cambios profundos es la organización clasista y la unidad de los abusados.
Solo habrá paro nacional efectivo cuando haya organización nacional efectiva y para eso aún nos falta mucho.