En los tiempos que vivimos, con más confinamiento en casa, la conectividad a internet ha jugado un rol clave porque muchos realizan teletrabajo de manera continua.
Mientras tanto, en la región de Magallanes somos testigos de cómo se desarrolló el ansiado proyecto del tendido de cable submarino y terrestre de fibra óptica que garantiza una conectividad digital por territorio nacional.
Así dejamos de depender únicamente de la conectividad terrestre que se descuelga por la Patagonia argentina y ahora disponemos de dos sistemas que garantizan una plena conexión, evitándose sorpresivos cortes por fallas en el vecino país y que al fallar internet quedamos desconectados en comunicaciones y servicios online como ocurrió hace algún tiempo.
Este proyecto, que fue desestimado en la primera administración de Sebastián Piñera, fue impulsado por el gobierno de Michelle Bachelet, con una inversión de US$100 millones y pudo haber sido inaugurado en marzo o abril, pero la pandemia mundial dijo otra cosa.
El jueves pasado quedó definido el último proceso administrativo que definió el marco tarifario a cobrar en los tramos marítimos y terrestres para acceder a esta “carretera virtual”.
Ahora el proceso debe quedar validado por la Contraloría General de la República con la toma de razón definitiva del proceso desarrollado entre la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) y los operadores intermediarios que ejecutaron estas obras y tienen la concesión para ofrecer los servicios de conectividad a las empresas de telecomunicaciones.
Recordemos que en enero los técnicos de la Subtel realizaron las pruebas técnicas de los ramales terrestres que instaló la empresa Conductividad Austral, al desplegar el cable de fibra óptica en 740 kilómetros, para conectar a las provincias de Tierra de Fuego, Magallanes y Ultima Esperanza.
Otra obra aparte fue la ejecutada en 2019 por la empresa CTR que desde Puerto Williams hasta Puerto Montt tendió el cable submarino de fibra óptica en un trayecto de 2.800 kilómetros.
Lo importante ahora es que las tres principales compañías de telecomunicaciones, presentes en el mercado regional, aprovechen la nueva carretera digital por territorio nacional y con ello se refuerce la entrega de un buen servicio de conectividad a toda la ciudadanía, especialmente a las comunidades que por años han estado postergadas de estos avances como Puerto Williams y localidades de Tierra del Fuego.
El valor de disponer de una mejor y potente conectividad de internet adquiere relevancia hoy por quienes deben estar más horas conectados a la internet en sus casas para trabajar, por los estudiantes universitarios con clases online y los alumnos de la enseñanza básica y media.
Claro está que uno quisiera que también la internet llegara al 100% de todos los alumnos. No basta que en las escuelas municipales se les entregue nuevos computadores, desconociéndose si hay alumnos que tienen o no acceso permanente a internet. Una carencia que algunos enfrentan hoy al no poder ver todo el material que les llega a sus correos.
Hay que destacar cuánto mejorará la transmisión de imágenes y datos entre los centros de salud y hospitales para consolidar una telemedicina que hace tiempo se ha desarrollado pese a las limitaciones, pero también salvando vidas. Así como ocurrió hace algunos años con el vecino que fue al cesfam Damianovic por un dolor en el pecho. Al verlo el médico le hizo el examen y lo envió por internet al hospital clínico de Magallanes desde donde le avisaron que el paciente debía ser llevado al hospital porque estaba con un infarto.
Salvó su vida gracias a la conectividad digital.