A un día de que cierren las inscripciones para Convencional Constituyente, este lunes las mujeres y feministas de todo Chile debimos presenciar la “operación machista del PPD”, la cual fruto de negociaciones a puertas cerradas encabezadas por su presidente Heraldo Muñoz-, terminó con la candidatura independiente en cupo de partido de la socióloga Teresa Valdés Echeñique, una histórica que junto al movimiento de mujeres articulado luchó por los derechos humanos y la vuelta a la democracia en plena dictadura de Pinochet. Y que hasta hoy, continúa peleando por nuestros derechos sexuales y reproductivos. Y no fue la única.
Aquí en el fin del mundo, también lamentamos la baja de nuestra querida aliada Ingrid Melipillán Muñoz, trabajadora social que nos ha acompañado en múltiples manifestaciones junto a los Músicos del Pueblo, privilegiando así nuevamente las cocinas de los partidos políticos, que le otorgan el cupo al hombre con contactos radicado en la capital, por sobre la mujer local con trabajo territorial en lugares emblemáticos como el barrio 18 de Septiembre.
Y aunque pareciera que estas prácticas provienen sólo desde el machismo de izquierda, en realidad ocurren en todo el espectro: la misma situación aconteció unas jornadas atrás en Natales, donde al “Regionalismo (¿?) Ciudadano (¿?)” le acomodó no mantener en su lista -por el terrible pecado de tener pensamiento propio- a otra de nuestras congéneres.
Y no, no es casualidad. Si aún hoy en la prensa local podemos encontrar discursos en contra de esta “discriminación positiva” que gozarían las mujeres y pueblos originarios por la ley de cuotas y escaños reservados. Críticas, por cierto, emanadas de hombres, cisgénero, blancos, heterosexuales, con posición social privilegiada, y de derecha; cuyos cuerpos jamás han soportado opresiones como las que sufrimos nosotras por nuestro género, edad, etnia, clase y orientación sexual.
Y es que, si por algo será recordada la Nueva Constitución -además de ser emanada desde los movimientos sociales y redactada en democracia-, será porque gracias a la ola feminista por primera vez en el mundo nosotras, la mitad de la población, nos veremos efectivamente representadas, y por lo tanto, así también nuestras demandas, problemas e intereses.
Mientras los mismos de siempre juegan sus cartas finales al compás de los últimos estertores de la política patriarcal, nuestras madres y abuelas, nuestras ancestras que en el anonimato batallaron injusticias de siglos, nos acompañarán en este logro feminista, que permitirá que las mujeres incidan en proporción y paridad en la construcción de las reglas fundamentales de convivencia de nuestro territorio y todos los seres que le habitan.¿Se imaginan todo lo que podemos lograr si trabajamos juntas?
Nunca más sin nosotras.
Elisa Giustinianovich Campos
Candidata a Constituyente
Coordinadora Feminista de Punta Arenas