Amigos y amigas. La semana que concluye, trajo, por fin, buenas noticias para el
gobierno progresista. Después de una campaña, que hizo uso de todo su arsenal de recursos,
en prensa, radio, TV y medios digitales, la oposición vio frustradas sus intenciones. El Tribunal
constitucional rechazó el requerimiento que buscaba declarar inconstitucional, siete de los
trece indultos otorgados por el presidente Boric. Una estrategia fallida de la derecha, que
buscaba inflingirle una derrota política al presidente, y generar antecedentes para una eventual
acusación constitucional. Fue una clara victoria para el ejecutivo, y su planteamiento de haber
actuado en uso de una facultad constitucional, como se ha venido ejerciendo desde 1990 a la
fecha, por todos los presidentes y la presidenta de la república.
En tanto, en el parlamento, sectores populistas, impulsaban la votación de proyecto de
reforma constitucional, para permitir “auto préstamos”, con fondos previsionales. Se trataba de
tres iniciativas distintas, que se fundieron para ser votadas en conjunto, y que pretendían
conceder autorización para un supuesto préstamo, que partía en 15% y podía llegar a la
totalidad de los fondos previsionales. Por ser norma de quórum calificado, el proyecto requería
89 de 155 integrantes de la cámara. Fue una fuerte derrota para el populismo, ya que
obtuvieron apenas 39 votos a favor, hubo 96 en contra y 10 abstenciones. Un claro respaldo del
parlamento, a la conducción económica del gobierno, que ha advertido hasta el cansancio, del
efecto demoledor en la inflación, que provocaría una salida masiva de recursos del ahorro
previsional. En lo que fue una semana redonda, después de seis años de tramitación, fue
aprobado el proyecto de ley de las 40 horas. El proyecto, que fuera presentado en su
oportunidad por la diputada Vallejo, otorgará en forma gradual, importantes beneficios a
trabajadores y trabajadoras, para compatibilizar la vida laboral y familiar, propendiendo a una
mejor calidad de vida. La aprobación en sala del senado, envía al proyecto a su tercer trámite a
la Cámara, que debiera aprobar las modificaciones introducidas en la cámara alta, quedando el
proyecto en condiciones de promulgarse durante el mes de abril, en vísperas del 1° de mayo.
A mediados de semana el presidente, realizó un viaje de estado a República Dominicana,
para participar en la XXVIII Cumbre iberoamericana de jefes de estado y de gobierno. Una
cumbre que se realiza desde 1991, y que reúne a 19 países de América (Argentina, Bolivia,
Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela), y tres de la
península ibérica, (Andorra, España, Portugal), con los que Chile tiene nexos culturales, o
relaciones económicas. En sus intervenciones en la cumbre, el presidente Boric, enunció los
conceptos que enmarcan el actuar de nuestro país, durante su mandato: Integración de
Iberoamérica, pero con pleno respeto a los DDHH, al estado de derecho y a la democracia. Y en
lo que ha sido un rasgo de su postura política en la izquierda, fustigó fuertemente las
violaciones a los DDHH de la dictadura de Ortega y Murillo, en Nicaragua. De la cual dijo, “No
saben que la patria se lleva en el alma y la sangre, y no se quita por decreto”. En alusión a los
más de 200 disidentes, privados de su nacionalidad, y en especial a los que Chile ha acogido,
concediéndoles la nacionalidad chilena. Otro punto importante, lo marcó su declaración sobre
las relaciones con Bolivia, manifestando avances en conversaciones para establecer patrullajes
conjuntos en la frontera norte, para evitar el ingreso irregular de personas, a través de la
frontera. Y en relación a la insistencia del gobierno boliviano en plantear, una reivindicación
marítima, señaló enfáticamente “Chile no negocia su soberanía”. Dejando en claro, que nuestro
país mantiene una sola posición sobre esta materia, una posición de estado, respetada por los
distintos gobiernos. En relación a la propuesta de los presidentes de Argentina y Brasil, de
avanzar hacia una moneda única, el presidente descartó que dicha opción sea viable en el
mediano plazo, ya que la integración es “un camino largo”, que requiere un conjunto de
condiciones previas. Pero se podría avanzar en iniciativas como la Alianza del Pacífico, o el
corredor bioceánico Argentina, Brasil, Paraguay y Chile. Sobre las urgencias que aquejan al
continente, señaló que las más graves para Chile, hoy son la seguridad y el fenómeno
migratorio. En una frase que sintetiza con claridad su postura, señaló «no hay bienestar posible
si no somos capaces de hacer valer el Estado de derecho, si no defendemos la fuerza de la ley,
que no es otra cosa que evitar que prime la ley del más fuerte». En un encuentro con jóvenes
de Iberoamérica, el presidente Boric, el presidente más joven de la cumbre. Llamó a los jóvenes
a ser contestatarios, y «no estar permanentemente pidiendo permiso». Recordó las palabras del
presidente Salvador Allende, a los jóvenes en la Universidad de Guadalajara, cuando decía: “Ser
joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica». Pero a la vez, reconoció
que es clave, que una vez que se alcanza el poder, se entienda la diferencia, entre ser parte de
la sociedad civil, y ser parte de un gobierno que debe responderle al país entero, y no a un
grupo en particular. “Porque los grandes cambios en Latinoamérica no los hacen las
vanguardias, sino las mayorías».
La sensatez de las palabras del presidente Boric, contrastan con declaraciones
destempladas, que formularon dirigentes de la oposición, incluido el ex presidente Piñera, la
semana anterior. Un sector de la política, que defiende el estatus quo, tensiona nuestra
convivencia democrática, con ataques continuos, poniendo condiciones, incluso para sentarse a
conversar. En una perspectiva histórica, pareciera que estamos en un tránsito eterno,
navegando a los bandazos, con el timón a la izquierda o a la derecha. No progresan los pueblos,
sin acuerdos ni consensos. Y si seguimos esperando las próximas elecciones para salir del
empate, no haremos más que repetir el ciclo sin fin. La construcción de una mayoría social y
política, que permita a Chile avanzar hacia otro estadio de su desarrollo, requiere la
concurrencia de todos. Y hay que partir por lo más básico. El presidente ha invitado a todas las
fuerzas políticas, a trabajar en unidad para garantizar la seguridad de la población, para
derrotar al crimen organizado, a las bandas narco que actúan con crueldad sanguinaria. En
torno a ese objetivo, no cabe buscar ganancias de la pelea chica. Sólo en unidad lograremos
prevalecer.
Ernesto Sepúlveda Tornero