¿Qué tipo de organización es a la que aspiramos?, una pregunta más que centenaria que ha marcado a los trabajadores y las organizaciones que fueron creando para hacer frente al abuso y la discriminación, que avanzaban en la misma magnitud en que crecían los capitales.
Al calor de esta situación que se vivía y durante un largo tiempo, los que menos tienen se enfrentaron con sus patrones y levantaron instrumentos de organización que sostenían que sólo era posible mejorar las condiciones laborales y de vida, si se producían cambios profundos en la sociedad.
Eso provocó grandes movimientos sociales de resistencia, revoluciones y por cierto trajo como contrapartida cambios impulsados por los gobiernos y apoyados por la patronal, que de alguna manera mejoraron la vida a los más afectados. En la medida que hubo algunos avances se fue formando otra corriente organizacional asalariada, que sostenía que los cambios debían ser acotados, mejorar algunas condiciones y avanzar en la búsqueda de soluciones conversando con gobiernos y empresarios.
Y así se fueron dictando leyes que ciertamente mejoraron en algo la vida de los más desposeídos, aunque muchas de sus aspiraciones continuaron sin ser satisfechas.
2.- Consideramos que los trabajadores no debieran mediatizar sus aspiraciones ni entregarse a diálogos y componendas con sus contrapartes sin tener un objetivo claro, además de no renunciar a ser fuerza activa con visión de poder.
Aspiramos a que se levanten organizaciones que hablen claramente de una sociedad distinta, donde se retribuya como corresponde al trabajador y se cambien para bien todas aquellas normas sobre educación, vivienda salud, previsión y otras, que hagan más llevadera la vida de los asalariados y sus familias y eso necesariamente implica quitar garantías a la patronal.
A ese tipo de organización aspiramos y trabajamos para ello.