En días recientes, tuvimos muestras evidentes, de como se distorsiona la realidad, como se trastoca lo que estamos viendo con nuestros propios ojos en las calles. Son las noticias falsas o “Fake news”.
Una de estas, se pudo ver en el canal Mega, en su espacio de noticias del mediodía.
La nota se refería a la marcha del 8M, las imágenes que se acompañaron a la nota, daban cuenta de disturbios en Valparaíso. Personas enfrentándose a las fuerzas especiales, en medio del humo de las lacrímogenas.
Supimos que eso era falso, gracias a la oportuna denuncia de vecinos de Valparaíso, que filmaron por sus ventanas la plaza Sotomayor, en calma absoluta, y el tránsito normal a esa misma hora.
El canal en cuestión esperó 24 horas para dar unas disculpas, inicialmente responsabilizaron a un funcionario menor, el que fue despedido. Pero ante la presión en redes sociales, el editor de noticias debió alejarse.
El segundo episodio, fue a propósito del apagón ocurrido en Caracas, Venezuela. La nota en horario prime de TVN, fue comentada, con un fondo de pantalla que decía “Venezuela a oscuras”, y una imagen en blanco y negro de la presidenta Michelle Bachelet, alta comisioada de DDHH de la ONU. La explosión de descontento no se hizo esperar, y TVN así como lo fue Mega, fueron denunciados por faltas a la ética, ante el CNTV.
Si nos remontamos al 2017, cuantas noticias falsas inundaron las pantallas, en medio de la campaña presidencial. El candidato de la derecha repetía cien veces al día, terrorismo en la araucanía, delincuencia descontrolada, narcotrafico y migración, y la mágica palabra: Chilezuela. Se agitaron los temores de los sectores mas vulnerables del país, y se ofreció un país de fantasía.
Exigir la verdad, a los periodistas de los medios de comunicación, parece de perogrullo, sin embargo en Chile, nada puede darse por hecho.
A propósito de nuestro derecho a ser informados verazmente, esta semana hice recuerdo de un grande, don Patricio Bañados, quien cuando llovían las balas en plena dictadura, fue capaz de decir en pantalla: “Esto no lo puedo leer, no es cierto”. Cuanto coraje en una sola frase. Fue castigado sin poder entrar a ningún canal hasta 1990. E incluso en democracia, nunca más se le contrató para conducir un espacio de noticias.
Cuantas personas, han tomado decisiones equivocadas, basadas en información falsa o maliciosamente errónea?, pasó en Estados Unidos con Trump, en Inglaterra con el Brexit, en Chile con Piñera, y en Brasil con Bolsonaro. Cuantos ciudadanos de a pie en todo el mundo, se decepcionan de la democracia al ver que los poderosos se salen con la suya? Grandes multitudes que han sdo presa fácil de liderazgos populistas.
La proverbial paciencia del chileno, que aguanta terremotos, incendios, la cesantía, sin perder el sentido del humor, ya está llegando a su límite. Como dijo un conocido y corajudo ex fiscal “somos, pero hasta las doce nomas”.
