Carolina Mancilla Soto
Profesora de Historia y Geografía
Licenciada en Educación – Licenciada en Historia
VANGUARDIA COMUNITARIA
Probablemente en nuestros tiempos ninguna Pandemia fue tan fulminante y de tal magnitud como la que estamos viviendo, el COVID – 19 ha recorrido todo el mundo, y Magallanes no ha sido la excepción. La pandemia ha obligado a las personas a encerrarse en los hogares, situación cada vez menos común hasta que surge la Pandemia.
Se ha visto mermada la economía global, el comercio ha cerrado sus puertas, la cesantía aumentado sus cifras y con ello las consecuencias que trae la falta de ingresos económicos al interior de las familias. Sin embargo el encierro en los hogares nos ha hecho reflexionar en relación la vida que llevábamos hasta antes de la Pandemia. Probablemente y en su gran mayoría una vida inserta en el mundo del trabajo en ocasiones de intensas y largas jornadas, carentes de tiempo para visitar a nuestros padres, acompañar y formar a los hijos, falta de tiempo dedicado a nuestros adultos mayores e incluso a los amigos. Hoy no podemos estar cerca físicamente pero probablemente hay más tiempo para dedicarlo a los hijos e incluso para realizar una llamada telefónica y preguntar ¿Cómo estás?
Todos sin excepción nos hemos visto afectados de una u otra manera por los efectos de la Pandemia pero surge la siguiente duda ¿Qué ha pasado con la Educación de niños y jóvenes en nuestro país?
De un día para otro se cerraron Jardines, Colegios, Escuelas, Liceos y Universidades, pensando que en un futuro próximo 15 días o un mes estaríamos todos de vuelta a las aulas pero cada día que pasaba los medios anunciaban el aumento de casos y cada vez se hacía más lejano un posible retorno a clases.
Pero la gran pregunta fue ¿Qué hacemos? Y junto con ella ¿Cómo le enseñamos a nuestros alumnos? ¿A través de Internet? ¿Usando computador, Tablet, celular? ¿Qué plataforma digital usamos?, entre otras tantas preguntas. Mientras que a nivel país se discutía cual era la mejor forma de enseñar, el tiempo apremiaba y había que encontrar la solución, una vez que se visualizaron las posibles soluciones, surgieron otras dudas ¿cómo financiamos la plataforma?, ¿qué hacemos con aquellos estudiantes que no tiene computador, tablet o celular con libre acceso a Internet? ¿Cómo logramos llegar a esos estudiantes que deben compartir computador o celular con más hermanos, o bien con los padres que se adhirieron al teletrabajo? ¿Qué metodología utilizamos para enseñar de manera virtual? ¿Cuál será la mejor estrategia de aprendizaje? Las respuestas fueron variadas pero la disposición, voluntad y muestras de profunda vocación, fue lo que de manera continua predominó con la intención de realizar el mejor trabajo a pesar de la falta de recursos tecnológicos y recursos económicos que permitieran encontrar en parte la solución a las carencias inmediatas que iban surgiendo, incluso aquellas carencias sociales que comenzaron a vivir los estudiantes y sus familias producto principalmente de la cesantía.
Probablemente muchos establecimientos educacionales fueron tomando las decisiones que consideraron más apropiadas para cada comunidad educativa, considerando que cada una de ellas son diferentes.
Contradictoriamente en el contexto país surgen reflexiones importantes de considerar para enfrentar el mundo de la educación.
Desde diferentes roles hemos reaccionado lento a los desafíos educativos que implica la digitalización, considerando que los datos y las redes sociales están fuertemente arraigadas en nuestra sociedad hace varios años.
Sin duda es importante revisar nuestros Paradigmas Educativos, siendo fundamental que la Escuela asuma que lo digital es parte de la vida cotidiana de la mayoría de niños, niñas y adolescentes fuera de la escuela. Por lo que se hace necesario incluir la Alfabetización digital que permita al estudiante aprender el uso de las tecnologías pero sobre todo a comprender sus funcionamiento y las implicancias en los distintos ámbitos de su aprendizaje y de su vida.
Un desafío fundamental en nuestro país es como organizamos la enseñanza para garantizar que todos los niños, niñas y adolescente tengan acceso adecuado y oportuno al mundo digital. Como los preparamos y acompañamos para que aprendan a utilizarlas de manera positiva como parte de sus desarrollo personal y social.
Hoy con carácter de urgente debemos continuar trabajando por mejorar lo que probablemente en años se debió haber realizado… Pero la Pandemia trajo lo inesperado y con ello los avances y desarrollo como país que creíamos conocer y dominar a la perfección.