El Hospital Clínico Magallanes se enorgullece de anunciar que hoy, nuestra
valiente paciente María Luisa Uribe tocó tres veces la Campana de la
Esperanza, marcando el emocionante final de su tratamiento en nuestra Unidad
de Radioterapia. Este gesto simbólico no solo representa el cierre de una etapa
difícil, sino también el comienzo de un nuevo camino lleno de posibilidades y
sueños por cumplir.
María Luisa compartió su experiencia en este momento tan emotivo: «Fue bastante
bonito el momento, bastante emotivo. Este toque de campana simboliza el final de
una etapa de un tratamiento. El proceso ha sido excelente, el equipo todo, uno a
uno de ellos, puros siete, buenas personas, una linda amistad. Es como una
familia para mí».
Recordando el inicio de su tratamiento, María Luisa agregó: «Fue el 16 de junio.
Estuve con la terapia y acá con los doctores». Su mensaje para futuros pacientes
fue lleno de aliento: «Que tengan mucha fe, que crean en Dios y sobre todo en sus
doctores, que los doctores hacen maravillas para uno. El cariño que ellos
demuestran es fabuloso. Me voy muy contenta de cada uno de ellos. Muy
contenta. Me han atendido como una familia más, como una hermana más».
La Jefa de la Unidad de Radioterapia, Dra. Evelyn San Martín, también expresó
la importancia de este ritual: «Nosotros tenemos la campana desde hace un
tiempo. Ya estaba en funcionamiento con el inicio del funcionamiento de la
máquina aproximadamente desde julio de este año. La idea es que más de la
mayoría de los pacientes que terminan su tratamiento toquen la campana tres
veces, previo a haber leído o posterior a haber leído un texto. Es muy importante
para nosotros porque significa el fin de término de su tratamiento. La mayoría de
los pacientes se emocionan, sus familiares también. El movimiento es muy
importante. Y estamos muy agradecidos por el beneficio de tener esta campana
gracias a Project Bell».
Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a la agrupación Project Bell
por su generosa donación de esta campana, un gesto que ha traído alegría y
esperanza a muchos pacientes oncológicos. Cada toque de la campana resuena
con la fuerza de nuevos comienzos, recordándonos que, a pesar de los desafíos,
siempre hay luz al final del túnel. Hoy, celebramos la vida, la recuperación y el
poder de la comunidad que nos sostiene.