Qué pasará en las enormes extensiones del infinito que necesitan con premura radio controladores, locutores, gente de la radio telefonía más atesorada y romántica?
Sin lugar a dudas el dial cósmico debe estar saturado de melodías y voces estelares y profundas.
La voz del sur soltará los decibeles sin línea programática, sin editorial y a pura estrella fugaz comunicará otra partida.
Josesito dejó su última sonrisa atravesada en el paredón de los quirófanos y la vendimia solidaria de la Ibañez.
Trepó como trepan los grandes guerreros sobre la vida y peleó con la muerte con los ojos y el pecho abierto.
Ni por un día te alejaste de la radio, la amante, la esposa y la hija de todos tus delirios y sueños.
Te llenaste de amigos entre risas, comentarios, viajes, grabaciones, despachos, ediciones.
Miraste el mundo con los ojos de un radio controlador, con el oído alerta y la mano firme.
La enfermedad siempre quiso sacar lo mejor de ti y no pudo. Porque no estabas sólo, porque tu familia siempre estuvo contigo, porque nosotros no abandonamos tu cariño.
El reencuentro con los que partieron antes debe ser hermoso.
Este 21 de septiembre, día del trabajador radial, no nos permitiremos la tristeza, porque estamos agradecidos de seres humanos como tú, nobles y consecuentes, luchadores y leales.
Josesito Marilicán toma el control en las perillas.
Hoy tiene turno en las estrellas.