En el “Día de las Campesinas y Campesinos 2024”, INDAP reconoce a cuatro agricultores de la región de Magallanes por su innovación, compromiso con la soberanía alimentaria y esfuerzo para superar las complejas condiciones climáticas. En esta zona austral, la agricultura requiere el uso de invernaderos de alta calidad, cortinas cortavientos y cosecha de agua lluvia para compensar la escasez hídrica durante los periodos estivales.
Héctor Moisés Morales Garrido, de Porvenir; María Crispina Muñoz Ulloa, de Puerto Williams; Patricia Pabla Mora Silva, de Puerto Natales; y María Juana Vargas Toro, de Punta Arenas han dedicado gran parte de su vida a fortalecer la agricultura familiar campesina y cumplen con estas premisas.
Gabriel Zegers, director regional de INDAP, afirmó que hoy, más que nunca, es indispensable apoyar a la agricultura familiar campesina. Este sector produce más del 80% de los alimentos que consume el mundo y garantiza un suministro constante y diversificado. Por esta razón, el reconocimiento a los agricultores destacados se extiende a todo el sector.
“En la agricultura familiar campesina reconocemos los métodos sostenibles y tradicionales que promueven la biodiversidad y protegen los ecosistemas. Estos métodos no solo generan empleo y fortalecen las comunidades locales, sino que también preservan la cultura y las tradiciones ancestrales, contribuyendo significativamente a la cohesión social y a la identidad regional», destacó Zegers. Además, precisó que el impacto de esta agricultura en la economía rural es notable.
El Día de las Campesinas y Campesinos se conmemora a nivel nacional cada 28 de julio, en honor a la promulgación de la Ley de Reforma Agraria y las Leyes de Sindicalización Campesina. Este año, en Magallanes, los dirigentes campesinos decidieron realizar un programa radial especial el próximo lunes 29 de julio, a las 11 horas, en el dial 88.5 FM de Radio Presidente Ibáñez. Además, el 4 de septiembre, cuando comienza la temporada, se llevará a cabo un acto conmemorativo.
Aves que pastorean
Entre los premiados destaca Héctor Morales, agricultor y productor avícola, conocido a nivel nacional por construir el «motel más grande de gallinas en la Patagonia». Hoy, sus aves pastorean en siembras de avena, y cuenta con más de cinco invernaderos y un tanque de agua de cien mil litros. Todo un innovador, Morales desarrolla su actividad al otro lado del Estrecho de Magallanes, en Tierra del Fuego, la isla más grande de Chile, conocida en la cartografía del pasado como «Terra Australis Ignota».
Hace más de una década, Morales se jubiló y, debido a que su pensión no era suficiente, decidió emprender. «Cuesta mucho insertarse en la vida laboral, así que me arriesgué con este emprendimiento, ya que tenía experiencia en el rubro», asegura.
En Tierra del Fuego, Morales posee el centro avícola más grande de la zona, ubicado 5 kilómetros al sur de la ciudad de Porvenir.
Aportando a la soberanía alimentaria
Este año, en la austral Puerto Williams, destaca la historia de María Muñoz. A pesar de las temperaturas bajo cero, ella entrega huevos frescos a los cerca de 3 mil habitantes de la ciudad. «La clara es más espesa y lo mejor está en el sabor. Se nota altiro que son frescos y la gente los reconoce. Pese al frío, mis gallinas todavía dan al menos un huevo al día», cuenta María Muñoz, agricultora y productora avícola del sector de huertos familiares de la comuna de Cabo de Hornos.
«Hace 20 años, cuando llegué con mi marido a vivir a Puerto Williams, solo una señora tenía veinte gallinas, pero el visón se las comió todas y nos quedamos sin huevos frescos en el pueblo». Así resume María la historia avícola de esta pequeña localidad situada a orillas del canal Beagle. Este episodio se convirtió en un desafío personal para ella, impulsándola a construir su propia trayectoria en la crianza de aves.
Hoy en día, hay poco más de 500 gallinas ponedoras en toda la isla, lo cual es todo un récord, considerando las permanentes temperaturas bajo cero y los constantes depredadores. Originaria de la isla Butachauques, en Chiloé, María llegó a Puerto Williams hace 20 años, después de haber vivido otros 20 en Punta Arenas. «Nos vinimos por trabajo. Mi esposo es carpintero de profesión y encontró empleo en la construcción. Me gustó mucho Puerto Williams; en ese entonces era más bonito que ahora. El clima ha cambiado bastante, pero como somos chilotes, seguimos con la agricultura y criando gallinas», dice orgullosa María, quien tiene más de cien gallinas de la raza Isa Brown.
Fortaleza cooperativa
En el Día del Campesino, INDAP reconoce a Patricia Pabla Mora Silva por su destacada labor y compromiso en la agricultura de Puerto Natales. Desde 2012, Patricia dedica su esfuerzo al cultivo de diversos productos agrícolas, aumentando tanto la cantidad como la calidad de su producción con el tiempo.
Como la mayor de las hermanas Mora, todas involucradas en la agricultura, Patricia trabaja siempre bajo perfil, enfocándose en el crecimiento y la sostenibilidad. Actualmente, cultiva pepinos, frutillas, zapallitos italianos y tomates cherry en invernaderos, además de otros cultivos al aire libre, demostrando su adaptabilidad a los desafíos climáticos.
En 2020, Patricia se unió a la Cooperativa Campos de Hielo Ltda., canalizando toda su producción a través de esta entidad. Recientemente, fue elegida para integrar el directorio en el período 2024-2026. Su participación activa en programas como el Programa TAS y el Programa de Asesoría Técnica (SAT) subraya su compromiso con prácticas agrícolas sostenibles.
Con el respaldo de INDAP, Patricia gestiona cuatro invernaderos y una sala de acopio, y está implementando un proyecto de riego tecnificado para mejorar la eficiencia hídrica en sus unidades productivas. «Patricia Pabla Mora Silva es un ejemplo del espíritu emprendedor y la tenacidad de los agricultores de Puerto Natales, destacándose no solo por sus logros comerciales, sino también por su visión a largo plazo y su compromiso con el medio ambiente», valoró Zegers.
Toda una vida de innovación
María Juana Vargas Toro ha dedicado toda su vida a fortalecer la agricultura familiar campesina, siempre guiada por un constante afán de innovar. A sus 75 años, sigue innovando con la hidroponía. En el mundo campesino, todos la conocen como Juana, ya que en su familia nadie usa el primer nombre completo. Así ocurre con su hija Angélica, que también es María de primer nombre, al igual que con sus hermanos y hermanas: “No sé por qué pasa. Es como una tradición que nadie programó”, comenta su hija.
Los abuelos de Juana llegaron desde la región Vasca de España directamente a Chiloé, y después de algunos años se establecieron en Puerto Montt. En esta ciudad, en la comuna de Chinquihue, nació Juana, donde aprendió a cultivar y a amar la tierra. En 1971 se trasladó a Punta Arenas, y en la década de los ochenta adquirió una parcela en el sector norte de la ciudad. Desde entonces, el terreno se convirtió en una fuente de energía y vitalidad para ella. Porque apenas se instaló, organizó la parcela y comenzó a cultivar para el consumo familiar, criando gallinas, pavos, pollos, cerdos, gansos e incluso una oveja. También cultivó lechugas, zanahorias, papas y más, todo al aire libre con la ayuda de su familia los fines de semana. Incluso en aquella época, cultivó choclos, aunque, su hija Angélica Barría Vargas lamenta que entonces no tenían cámara fotográfica.
Juana es una innovadora por excelencia. Ha llevado a cabo muchos proyectos por su cuenta, incluyendo la construcción de su primer invernadero con un préstamo que solicitó. Ahora está terminando el segundo, junto a su marido Jun Barría Andrade y planea experimentar con kale hidropónico y otras verduras. Aunque cultiva flores en tierra, está considerando la posibilidad de hacerlo también de manera hidropónica.