Miles son los que están muriendo día a día de hambre en el mundo, se siguen secando grandes extensiones de tierra. Solo polvo y sequedad donde antes hubo selva y floresta.
Y sin embargo solo algunas acciones, más de propaganda que cuestiones efectivas, se activan de vez en cuando mientras la gente sigue sufriendo los efectos depredadores y destructores del capital.
Y es esto lo que lleva a los potentados a mostrarse más humanos, a entregar migajas de lo mucho que obtienen explotando la tierra y generando miserias por el mundo.
Se preocupan de aportar millones para evitar la caza de ballenas y dicen cuidar la flora y la fauna, mientras saturan al mundo con sus envases de plástico y sus productos desechables, que tardan siglos en degradarse.
Han idiotizado a los pueblos con adelantos tecnológicos que tienen a la gente sumida en la individualidad, la incomunicación y la violencia, pero son presentados como grandes filántropos por los medios de comunicación que ellos mismo se encargaron de adquirir para controlarlo todo.
Y aquí estamos, utilizando un vocabulario decadente que cada vez se acerca más a dialectos inentendibles, con ritmos que dejan de lado la belleza para transformarse en un tam-tam interminable sin una construcción definida y letras cargadas de violencia, con apología al consumo y el libertinaje.
La más mínima queja o reclamo por respeto cuando te pasan a llevar, puede traer aparejadas agresiones verbales y físicas e incluso la muerte. Portar armas se está transformando en una costumbre brutal, golpear al otro intentando quitarle cualquier cosa se hace cotidiano y no hay reacción, solo silencio, la cabeza gacha y apurar el tranco para encerrarse entre cadenas al interior de los hogares.
2.- Puede gustarnos o no pero debemos decir que todo lo que pasa en el mundo es culpa del capitalismo y el salvajismo en que ese sistema nos lleva a vivir.
Ellos con su voracidad provocaron la extrema miseria y desde ahí nació la obligación de sobrevivir a como diera lugar. Ellos insertaron la droga en pueblos que luchaban por liberarse de las cadenas, promueven el uso indiscriminado del alcohol y, digámoslo con franqueza, los que hacen poco o nada por terminar con el comercio ilegal y su secuela de penurias y dolores.
Mientras algunos sectores pequeños viven en la abundancia, con supermercados llenos de productos, porque ahí jamás hay carencias, todo el resto se tiene que dar vuelta entre el dolor, la miseria y el mal vivir.
Difícil salir de esta encrucijada, y es que se arrastra por décadas, centurias y cada vez son menos los que se dan cuenta por donde debemos partir para revertir el cuadro.
Educación es el primer paso. Educar a nuestro pueblo para que conozca sus derechos.Solo así desarrollará las organizaciones para alcanzarlos.
Y ciertamente tendrá que luchar por ellos.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria