Amigos y amigas, la semana que pasó, tuvo de todo un poco. A ratos, Chile parece la versión exagerada de una serie Netflix. Cada episodio viene más recargado de intriga y suspenso que el anterior. Iniciamos con la tradicional gran parada militar, en honor a las glorias del ejército. Por primera vez después de la etapa más restrictiva de la pandemia, las familias pudieron volver, al Parque O´Higgins, a presenciar la parada y degustar ricos picnics. Una asistencia multitudinaria, para una presentación impecable, aunque de mayor austeridad. Grupos organizados de la ultra derecha, nostálgicos de la dictadura, se coordinaron para abuchear y gritar insultos al presidente de la república. Una situación marginal, que no empañó el acto, exhibiendo los concurrentes respeto y adhesión a la figura presidencial, con gritos y aplausos. Una situación anecdótica, que sin embargo fue amplificada y replicada hasta el cansancio en redes sociales. En algunas, se exhibía imágenes del general de ejército, a cargo de la guarnición de Santiago, responsable del desfile. Se insinuaba una supuesta molestia del uniformado con S.E el presidente de le república. Como se pueden imaginar, esos posteos de redes sociales, correspondían a una fake news, una noticia falsa. Bastaba ver las imágenes posteriores al desfile donde dicho general, comparte sonriente y relajadamente con el presidente. Una lástima, pero así está actuando, cierto sector, contrario a los valores democráticos, y a nuestras tradiciones republicanas.
Concluida la parada militar, el presidente y comitiva ministerial, prensa nacional e invitados, iniciaron su viaje a Nueva York, a la conferencia general de la Organización de Naciones Unidas. Una circunstancia muy especial, debido a que se conmemoraban 50 años, desde la intervención del presidente Salvador Allende en esa instancia internacional. El discurso del presidente Boric, se dio dentro de las primeras intervenciones de la sesión inaugural, por lo que fue ante la presencia de los líderes de las principales potencias del mundo. En su discurso, resaltó cómo Chile, que ha vivido un intenso clima político desde 2019, tras el estallido social, logró encontrar un camino pacífico y democrático, para resolver sus diferencias. En sus propias palabras “Una gran mayoría de chilenos y chilenas manifestó su malestar frente a la desigualdad y los abusos, su indignación frente a las largas esperas para recibir atención en la salud pública, su hastío frente a las millonarias deudas por estudiar, su rechazo a las pensiones de miseria después de largos años de trabajo. Es quizás una historia conocida para muchos de ustedes». También fue enfático el mandatario, en rechazar los inaceptables episodios de violencia producidos, como los que derivaron en la quema de estaciones del metro y centros cívicos. Asimismo, se refirió a la represión descontrolada, que dejó un saldo de muertos y más de 400 personas víctimas de trauma ocular, hechos que constituyen graves violaciones a los derechos humanos. En relación con el proceso constituyente, destacó que fue la propia sociedad chilena, la que por un 80% del plebiscito de entrada, optó por darse una nueva constitución, democrática y con participación paritaria de hombres y mujeres. Sobre el resultado del plebiscito en que se impuso rotundamente la opción rechazo, y que ha causado sorpresa en el exterior, el presidente señaló que la participación del 85% del padrón electoral, ratifica el camino de paz que escogió el país. Sin embargo, el resultado, contrario a la opción apruebo, que era su opción personal, la toma con humildad, porque es la voz soberana del pueblo, que debe ser la guía en todo momento. En la lectura del presidente Boric, el resultado indica que “La ciudadanía demanda cambios sin poner en riesgo sus logros presentes, quiere un mejor futuro construido con seriedad y sin caer en nuevas inseguridades, un futuro de cambio con estabilidad».
Sin duda, la reflexión más profunda que formuló el presidente, fue para consumo interno del país. En ella, expresa «Como joven que hace pocos años estaba en la calle, en las protestas, que representar el malestar es mucho más sencillo que producir las soluciones para esto”. Y que el resultado del Plebiscito le ha enseñado a ser más humilde. Y asumir que la construcción del Chile que soñamos no está en las recetas de ningún sector en particular, sino en la síntesis que podamos hacer combinando lo mejor que cada uno puede aportar». Concluye el presidente, expresando su convicción de que Chile tendrá una nueva constitución, construida en democracia “que recoja el aporte de todos los sectores de la sociedad y que sea capaz de reflejar los anhelos de justicia y libertad”.
El viaje presidencial a Nueva York, incluyó múltiples actividades, una de ellas, una actividad organizada por el presidente español Pedro Sánchez, en homenaje a los 50 años de la intervención del presidente Allende en la ONU. A esta actividad debió ausentarse su nieta y actual ministra de defensa Maya Fernández Allende, debido a la comunicación de noticias gravísimas que afectaron a la seguridad nacional. Se trataba de un hackeo masivo a la red de comunicaciones del Estado mayor conjunto de las fuerzas armadas (EMCO), por parte de una organización criminal denominada Guacamaya. La comunicación efectuada por la vice presidenta de la república Carolina Tohá, al presidente de la república, quien dispuso el regreso inmediato de la ministra de defensa a Chile. El problema es de tal magnitud, que detona la renuncia inmediata al EMCO, del general Paiva. La vulneración se habría detectado en mayo de 2022, el hackeo afecta a 400 mil correos electrónicos entre los años 2012 y 2022. El volumen de la información expuesta es de tal magnitud, que medios especializados e investigadores, tardaran años en analizarla. La ministra de defensa dispuso un sumario administrativo, y se dispuso interponer acciones judiciales, a las que se ha sumado el Consejo de defensa del estado, por estar altamente afectado el interés y la seguridad del estado de Chile. Por tratarse en su mayoría de documentos catalogados como “secretos” o “reservados”, su difusión produce un serio daño a las instituciones de la defensa nacional, así como a la confianza de la ciudadanía en dichas instituciones.
La crispación del ambiente político chileno, continúa agudizándose, en medio de las dilaciones y postergaciones del sector conservador, a retomar el proceso constituyente. Si bien se han retomado las conversaciones de los partidos con representación parlamentaria, los márgenes y líneas rojas, que está planteando la derecha, se han transformado en un virtual veto al proceso. Si bien el presidente de la UDI, Javier Macaya ha asegurado que ninguno de esos márgenes, son intransables, existe una presión innegable en la derecha, para explotar el resultado del rechazo. La semana concluyó con la imagen del propio Macaya, tratando de zafar de la encerrona, de un grupo de activistas de ultra derecha, liderados por el barra brava conocido por el alias “Pancho malo”. El objetivo de dotar a Chile de una nueva constitución, predicado por todos los sectores políticos a diestra y siniestra, a esta fecha, no se concreta en un cronograma alguno, ni en una plataforma consensuada. El apuro de la derecha por objetar la participación del gobierno, ha redundado, en la falta de coordinación mínima de los distintos sectores, que se han limitado a repetir sus listas de compra particulares, sin consideración al bien colectivo que está en juego. La paz social, un tesoro frágil y que pende hoy, de los caprichos de una elite parlamentaria, cada vez más distante de los problemas cotidianos de la gente. En tanto, las urgencias del día a día, obligan al gobierno del presidente Boric, a redoblar esfuerzos, a fortalecer los equipos operativos, para corregir errores en la tarea de responder con eficiencia, a la demanda social. Hay que cumplir lo prometido.
Ernesto Sepúlveda Tornero