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Hay canto que mal me sales cuando tengo que cantar espanto espanto como el que vivo..» canta Isabel Parra

– Cada vez que se hacen comentarios sobre cuestiones vinculadas al Código del Trabajo, queda la sensación agridulce de que a pesar de todo lo que se haga, existe entre los trabajadores una tendencia casi suicida a ignorar cuestiones básicas, que se relacionan con un mejor estar en los lugares de trabajo.
La relación contractual entre partes se inicia con el ingreso a prestar servicios y la ley establece tiempos claros y precisos para que las partes suscriban un contrato.
Allí deben quedar establecidas las condiciones mínimas de esta relación: Remuneraciones, jornada, labores que se van a cumplir, tiempo de duración del contrato, entre las más importantes.
También deberían entregarle un ejemplar del reglamento interno si en la empresa trabajan 10 o más personas y por cierto dotarlo de uniformes e implementos de trabajo, si éstos son requeridos para cumplir las labores pactadas.
Ignorar estas cosas es quedar expuestos al abuso y la discriminación.

2.- Por cierto que sindicalizarse es una decisión personal, tomada conscientemente por cada trabajador, pero al sindicalizarse se adquiere el compromiso de participación activa en las gestiones y las acciones de la organización.
No se entra al sindicato a sacar beneficios personales, se lucha por mejoras colectivas.
Por todo ello se paga una cuota mensual que sirve para cubrir las gestiones de los dirigentes y adquirir elementos para que dicha gestión sea fructífera.
El trabajador que es parte del sindicato en la negociación colectiva y luego renuncia al mismo, deberá seguir pagando el total de la cuota hasta el vencimiento del contrato colectivo.
Lo mínimo por cierto, habida cuenta de que mejoró sus condiciones gracias a la lucha que dieron sus compañeros de trabajo.
Todas estas cosas y más deben ser conocidas por todo aquel o aquella que ingresa al llamado mundo del trabajo.