A mediados del año pasado, los medios periodísticos de todo el país informaron que la ministra de Energía, Susana Jiménez, declaró que el compromiso de su ministerio con la electro movilidad era inquebrantable, al informar que se había dotado a Santiago de 200 buses eléctricos.
Y añadió que no era un beneficio solo para Santiago, porque, “pronto se extenderá este beneficio, con el estándar de RED, a otras ciudades del país. Pero aún tenemos otras metas, como ampliar la flota eléctrica en las próximas licitaciones y avanzar hasta transformar todos los buses del transporte público en eléctricos hacia el año 2040”.
Muchos pensaron que era dentro de este programa que se anunció hace algunos días la llegada a Punta Arenas de 70 buses, o en lenguaje nacional, micros, que renovarán el transporte público en nuestra ciudad.
Fue la ministra de Transporte Gloria Hutt, la que hizo el anuncio, destacando que las nuevas micros contarán con wifi para que los pasajeros puedan usar sus celulares durante el viaje (igual que ahora) y que además estas micros contarán con calefacción (igual que ahora).
La diferencia con el anuncio hecho el año pasado por el Gobierno, es que las nuevas micros no serán eléctricas, sino a petróleo, es decir, serán ruidosas, contaminantes y hediondas.
Pero hay que darle las gracias a Santiago, porque pudo ser peor, si es que el ministerio de Transporte, en lugar de enviarnos micros nuevas, aunque sean petroleras, nos hubieran mandado las que darán de baja en Santiago, para reemplazarlas por micros eléctricas.