“Como un encuentro crucial y una oportunidad para garantizar que las personas mayores de todo el mundo puedan envejecer con seguridad, dignidad y participar plenamente en sus sociedades como ciudadanos con iguales derechos”, es descrita por la ONU esta 14° Sesión que se celebra entre el 20 y el 24 de mayo.
Instituciones gubernamentales de la mayoría los países del mundo, así como ONG´s, participarán de esta instancia haciendo propuestas para construir un estándar internacional sobre derechos de las personas mayores en todo ámbito.
En ese sentido, antes de viajar desde Punta Arenas hacia Nueva York, el presidente de Derechos Mayores explicó desde la capital de la región de Magallanes que respondió a la invitación recibida desde la ONU con el objetivo de aportar desde su expertise en la generación de un instrumento global que proteja los intereses de los derechos humanos de las personas mayores.
Durante los últimos seis años desde que creo Derechos Mayores, Michel Toledo (40) ha estado trabajando metódicamente en Chile y en varios países de Latinoamérica junto a un grupo de profesionales de distintos países que buscan en conjunto la promoción y protección de los derechos humanos de las personas que componen este grupo etareo.
Por eso, su objetivo en esta 14 Sesión sobre Envejecimiento en la ONU será lograr establecer claramente un buen trato intergeneracional, así como la promoción de políticas públicas de envejecimiento y vejeces que mejoren la calidad de vida de la tercera edad, para que estas sean plenas, justas y dignas, logrando así revalorizar el rol de las personas mayores en la sociedad, y que estas acciones sean obligatorias para los estados.
“Hoy, como fundación, nuestra postura es revisar qué tipo de instrumento puede ser más adecuado para implementar desde la ONU, teniendo en cuenta de lo que no necesitamos son declaraciones que luego se vuelvan letra muerta. Lo importante es que el instrumento que se considere sea vinculante y que desde los estados se puedan aplicar de manera clara y efectiva”, agregó el experto.
Las sociedades en todo el mundo envejecieron y no estaban preparadas para enfrentar las problemáticas que esto significa, tales como la soledad, la dependencia, el cuidado, las pensiones, el trabajo y la inclusión social de las personas mayores, entre muchas realidades que hoy afectan a gran parte de los países del planeta y que la ONU busca abordar en esta instancia.
Chile y Magallanes
Chile ratificó en 2007 la Convención Interamericana que protege los derechos humanos de las personas mayores, la cual tiene rango constitucional en el país y que implica que el Estado chileno está obligado a llevar adelante las medidas establecidas en esta convención, lo que se
ha visto reflejado en la rebaja del valor del transporte público y la atención prioritaria en materia de salud para los adultos mayores, entre otras.
Sin embargo, no ha sido un proceso expedito y falta mucho por hacer, manifestó Michel Toledo, para quien la realidad del adulto mayor en la región de Magallanes presenta un retraso importante, lo cual es un común denominador en los países que han envejecido rápidamente, donde la principal reacción de las autoridades ha sido la improvisación.
“Lo que nos falta en la región (Magallanes) es una política regional de envejecimiento y vejeces que no se ve, y el llamado a la autoridad es poder tener una mirada de largo plazo sobre lo que vamos a hacer sobre este proceso de envejecimiento en la realidad local”, explicó.
En este sentido, agrega, se debe reconvertir a Magallanes en una región amigable con las personas mayores, lo que implica modificar la infraestructura en materia de servicios, prestaciones por parte de los servicios públicos y también en lo que tiene que ver con el acceso a la información.
El caso de Magallanes es especialmente relevante puesto que tiene una abundante población compuesta por adultos mayores donde hay una evidente deficiencia en el personal preparado para el cuidado de las personas mayores.
“Vemos que hay mayor interés en formar a técnicos parvularios y no a cuidadores profesionales de adultos mayores siendo que representa una fuente laboral importante y no existe la oferta en nuestra región. Estamos cerrando jardines. Estamos formando profesionales para atención de jóvenes y niños cuando en realidad hay menos niños y jóvenes que población de adultos mayores, la cual continua creciendo”, aseguró el presidente de Derechos Mayores.
En su análisis de la realidad local destaca la no existencia de instrumentos vinculantes por lo cual las autoridades locales no tienen necesidad de abordar esta problemática puesto que no existen directrices específicas.
“La Convención Interamericana sobre la protección de los derechos humanos de las personas mayores es una ley de rango constitucional, pero las directrices centrales no son precisas y el gobierno regional no tiene una propuesta clara al respecto, más bien esperan desde el nivel central instrucciones que no tienen la fuerza que debieran tener ni la premura que se necesita para atender a una población envejecida que crece y enfrenta un escenario muy incierto y desvalido en la última etapa de sus vidas”, concluyó Michel Toledo.