Con el objetivo de poder entregar mayores herramientas a quienes han tomado el desafío de cuidar a pacientes con Accidente Cerebrovascular (ACV), equipos del CR. de Rehabilitación y del programa cerebrovascular de la Unidad de Neurología del Hospital Clínico de Magallanes organizaron la “Primera Jornada para Cuidadores de Pacientes con ACV”, dirigida a familiares y cuidadoras (es) de pacientes secuelados de ACV y con algún grado de dependencia física o de salud mental.
“Los ACV son enfermedades que afectan a la circulación cerebral, vasos sanguíneos y arterias principalmente, y sucede por dos maneras: cuando por algún mecanismo se tapa una arteria y bruscamente deja de llegarle sangre a una porción del cerebro y eso puede producir lo que se llama un infarto cerebral, o bien, un vaso sanguíneo del cerebro que se rompe y la sangre bruscamente inunda el cerebro y produce un daño”, explicó el Dr. Javier Gaete, neurólogo del Hospital Clínico Magallanes.
Asimismo, agregó que los cuidadores informales se encargan de realizar tareas de cuidado de las personas que no son capaces de realizar por sí mismas las actividades básicas de la vida diaria, y su esfuerzo supone un esfuerzo que a menudo es comparable a una jornada laboral.
La jornada estuvo dividida en talleres teóricos y prácticos. En primer lugar, los participantes conocieron sobre qué es un ACV, sus síntomas y secuelas, el rol de la rehabilitación, el síndrome del cuidador y cómo obtener la certificación de discapacidad. Posteriormente, el equipo de rehabilitación se desplegó en diferentes módulos que entregaron consejos de cómo manejar al paciente dentro del domicilio incluyendo movilización, traslados, transferencias, cambios de posición en la cama, aseo personal y manejo de trastorno como el lenguaje y la deglución.
“La actividad de hoy me tiene muy sorprendido, la calidad de los expositores y la gama de temas que se están viendo asociados a los ACV, a los familiares y a quienes cuidamos es bastante amplia. Es una actividad increíble, estoy muy contento de haber podido participar”, declaró Marco Aparicio, pariente de un usuario con ACV, quien además manifestó su interés por que la actividad se repitiera.
Por su parte, Javiera Zúñiga, destacó los aprendizajes de cómo alimentar, posicionar y disminuir los dolores del paciente. “Es una actividad muy bonita y provechosa porque te explican de una manera más humana cómo tratar al familiar. Te entregan hartas herramientas y sirve para liberar dudas de lo que conlleva cuidar a una persona con un accidente cerebrovascular”, concluyó.
Los accidentes cerebrovasculares (ACV) representan en Chile una de las principales causas de discapacidad en la población adulta y se caracteriza por una pérdida de calidad de vida. En la Región de Magallanes, cada año entre 250-280 personas sufren algún tipo de ACV.