1.- Pasó otra noche de terror.
No se sintió el camión con detenidos ni los gritos animales de los verdugos que, a vista destapada y sobre seguro, golpean y humillan a los nuevos presos que llegan a este centro de horror. Sin embargo las quejas de nuestros compañeros campesinos en la sala de los mas peligrosos en la escuelita de Chena, son el téngase presente de que viene un nuevo dia, igual o más duro que los anteriores.
Los valientes soldados preguntan por las armas y las personas que cada detenido tiene en su lista del plan Z. El que diga la verdad se va sin problemas, los demás serán interrogados y ya escucharon que trabajamos en serio, dicen los que buscan ablandar a los presos.
Como nadie entrega lo que no tiene, los que preguntan trabajan duro entre 9 de la mañana y la 1 de la tarde tratando de quebrar a alguno, con muy malos resultados al parecer pues se marchan asegurando que en la tarde no tendran contemplaciones.
Así lo vivo desde que llegue y ha sido lo mismo siempre, dicen algunos que están aqui desde antes. Cuando termina? , nadie lo sabe.
Solo lo vivimos en una rutina exasperante.
Una taza de té con leche hirviendo en unas tazones de aluminio y medio pan, cuando sale el sol. Esperar ser llamado a la sala que esta a 20 pasos de las improvisadas celdas y luego sentir golpes, gritos, golpes, amenazas, hasta que el detenido es arrojado en una sala, se llama a otro y así hasta que hacen el alto.
2.- Entonces ordenan ponerse de pie y a empujones nos van sacando de las salas. Debemos mover las manos hasta adelante y tomarnos del pantalón del que antecede, hasta formar una larga fila Caminamos en diagonal desde las salas hasta el gran galón que está a unos 100.metros, nos ubican ante un gran meson que puedes tocar con las manos y debemos sentarnos en la banca que está a nuestras espaldas.
Cualquier tropiezo o caída es motivo de grandes risotadas de las decenas de carceleros que, fusil en mano, vigilan atentos a estos terroristas vendados, que no pueden hacer mucho en esas condiciones, salvo maldecirles en silencio.
Puedes mover un poco la venda para ver el plato de legumbres tibias o frías que está servido ante ti. No se te ocurra tratar de subirla más o intentar mirar hacia el lado.
El golpe seco del fusil en la cabeza, es señal suficiente para no seguir intentándolo.
Y entonces sucede.
Las botas negras recorren y saltan por en medio del mesón, de sur a norte y de norte a sur, su dueño está eufórico. ¡¡Murió otro comunista concha de su madre, se murió el Neruda culiados y así mismo se van a morir ustedes aquí, perros de mierda!!
3.- Es el 23 de septiembre de 1973. El cuerpo del premio nobel ha dejado de sufrir y pasa a ser inmortal, más que le pese al esbirro que corre y salta con sus botas negras ante quienes comemos, cabeza gacha, las legumbres del día.
Seguro que por todos los rostros, así como pasó con el mio, corrieron lágrimas y seguro gritamos en silencio, pero con toda la fuerza del mundo, compañero Pablo Neruda, Presente.
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Nuestra fuerza la Unidad
Nuestra meta la Victoria