«Hay un tipo de trabajo que aumenta el valor del objeto al que se incorpora, y hay otro tipo que no tiene este efecto. En tanto produce valor, el primero puede ser llamado trabajo productivo: y el segundo, trabajo improductivo» (Adam Smith, La riqueza de las naciones, 1776)
La economista italiana Mariana Mazzucato, catedrática de Economía de la Innovación y Valor Público en el University College de Londres. Autora de varios libros, se ha planteado en una postura crítica, acerca del desarrollo del capitalismo.
En artículo publicado en diciembre de 2019 en el diario El País, España, comentaron el último libro de Mariana Mazzucato, llamado “El valor de las cosas”. Se cita, “Entre 1975 y 2017 el producto interior bruto (PIB) real de Estados Unidos se triplicó: pasó de 5,49 a 17,29 billones de dólares. Durante ese periodo la productividad creció alrededor del 60%; sin embargo, desde 1979 los sueldos por hora reales de la gran mayoría de los trabajadores estadounidenses se han estancado o reducido. En otras palabras, durante cerca de cuatro décadas una pequeña élite se ha apoderado de casi todas las ganancias de una economía en expansión».
Mariana Mazzucato, plantea una crítica frontal, al enfoque acerca del valor-trabajo, que se ha instalado desde los años 80’. Donde se impuso “una teoría expresiva del valor de carácter subjetivo y desvinculado del coste del factor trabajo, por la que la utilidad marginal y la escasez determinan los precios y el tamaño del mercado. El precio sería, en última instancia, la medida del valor”.
Para la autora, “Creación de valor» se refiere al modo, en el que las diferentes clases de recursos (humanos, físicos e intangibles) interactúan con el fin de producir nuevos bienes y servicios. En tanto, el concepto de «extracción de valor», para ella, supone que las actividades se centrarían únicamente en mover recursos y productos ya existentes, y en ganar desproporcionadamente con su comercio posterior.
Ella postula crear una economía justa, donde la prosperidad se comparta. Para lo que plantea, deben crearse mecanismos para una distribución más amplia. Esto no sólo conlleva una política de gravar la riqueza, sino también instalar un debate acerca de la creación de riqueza. Incluso rescata de los economistas clásicos, la distinción entre “trabajo productivo”, y “trabajo improductivo”.
La economista en cuestión, es profundamente critica del predominio actual, de la actividad financiera, por sobre toda otra actividad en la economía. «La intermediación financiera -el coste de los servicios financieros- constituye una forma de extracción de valor cuya escala reside en la relación entre lo que cobran las finanzas y el riesgo que realmente asumen». La gestión de cobros, se ha convertido en una de las características que definen el capitalismo moderno.
Se requiere establecer una tasa a las transacciones financieras.
Esta tasa, ya fue planteada antes por otro economista, lo que le significó el premio Nobel de economía en 1981, James Tobin, y la tasa que lleva su nombre. La tasa Tobin es un impuesto destinado, originalmente, a gravar las operaciones de conversión entre divisas que se producen al contado. La idea inicial de la tasa Tobin era penalizar la especulación monetaria en el corto plazo, ya que pensaba que esta especulación provocaba movimientos masivos de fondos entre las bolsas de divisas que podían desestabilizar la divisa de una nación.
Este impuesto no estaba destinado a ser pagado por los consumidores, sino que sería pagado por los integrantes del sector financiero, al ser un medio para controlar la estabilidad de la moneda de un país. Tobin propuso que el dinero recaudado se usará como ayuda para los países en desarrollo. Desde que este impuesto se dio a conocer, la idea ha evolucionado en un impuesto sobre todas las transacciones de acciones, bonos y divisas. Idea que suscribe Mariana Mazzucato-
La autora en análisis, le confiere una gran importancia, y considera que debe haber una discusión amplia, acerca del papel de los cambios tecnológicos y organizativos. Ella estima, que a futuro. los avances tecnológicos podrían constituir la fuente principal de crecimiento y de creación de riqueza. Dentro del marco que debiera darse para esta área de la economía, Mazzucato propone, que la innovación como proceso de creación es: acumulativa, incierta y colectiva.
Es acumulativa, y en muchos casos el resultado de una inversión preexistente y en gran medida, fruto de inversiones a largo plazo que se realizaron a través de los años.
Es incierta. Con un alto grado de fracaso, y en general puede requerir mucho tiempo desde la concepción de la idea hasta su realización y comercialización. Con frecuencia pueden pasar décadas,
Y es colectiva. No sólo participa el sector privado, o los propietarios directos de los proyectos. También existen incentivos, y financiamiento estatal. Actualmente, Seis empresas (Facebook, Google, AOL, Yahoo, Twitter y Amazon) constituyen alrededor de un 53% del mercado publicitario digital (solo Google y Facebook representan el 39%). Esta posición dominante implica que los gigantes digitales pueden imponer sus condiciones a los usuarios y a las empresas que son sus clientes.
Considerando los eventos que ha enfrentado el mundo, desde la crisis subprime del 2008, crisis provocada por la especulación financiera sin límite ni control, Hasta la condición calamitosa en que el planeta entero se encuentra, enfrentando la pandemia de Covid 19. Debemos, revisar la forma en que hemos organizado la economía, la forma en que generamos valor, y la forma en que se conjugan los factores de producción. No podemos dar las mismas respuestas, si han cambiado las preguntas.
ERNESTO SEPÚLVEDA TORNERO