Un diputado magallánico declaró en una entrevista sobre el desempeño del gobierno del presidente Gabiel Boric, que “no han tomado conciencia de que gobernar un país no es como (gobernar) un centro de alumnos”.
Curiosa coincidencia con declaraciones de un senador de Valparaíso que dijo que este gobierno parecía el de “estudiantes en práctica” y otro político que opinó que no es lo mismo dirigir Chile que “dirigir una federación de estudiantes”.
Declaraciones todas que ponen de manifiesto que la llegada al gobierno del presidente Boric y sus compañeros de vida estudiantil han provocado en los políticos un problema generacional.
Para la oposición, según esas declaraciones, ya no se trata de una pugna entre izquierda y derecha, sino entre jóvenes y ancianos.
Es un poco temprano para juzgar a este gobierno de jóvenes, ya que no tiene dos meses en ejercicio. Pero no es apresurado juzgar los gobiernos de los viejos, de derecha, de centro y de izquierda.
Son culpables, todos, de haber provocado un golpe militar que derrocó por la fuerza un gobierno legítimamente elegido. Son culpables se haber apoyado públicamente el golpe y de haber colaborado con la dictadura. Son culpables de haber asegurado que la alegría venía y haberse limitado a administrar el legado de la dictadura.
Así es que, en cierta manera, tienen razón los políticos ancianos. No es lo mismo dirigir un gobierno que una organización de estudiantes, con ese idealismo incurable, pero esperemos que, por experiencia, el de los jóvenes, será mejor que los gobiernos de los ancianos.