Hace exactamente un mes que se constituyó la mesa regional de la niñez en la Región de Magallanes y Antártica Chilena y esta semana se celebró el día del niño que está por nacer. No puedo evitar volver a recalcar y recordar el deber que tenemos como Estado, y como sociedad, de poner a los niños primero desde el inicio de su desarrollo, es decir, desde antes de nacer.
Tal como mencionó estos días la Subsecretaria de la Niñez, Carol Bown, es importante tener en cuenta de que existe evidencia empírica que muestra que no sólo la primera infancia, sino también el desarrollo intrauterino de un niño o niña es esencial al momento de definir su futuro. Un sinnúmero de estudios académicos (Noble, K. 2015; Charil, A. 2010; Buitelaar,J 2003) muestran que situaciones y eventos que ocurren durante el embarazo, como la violencia, el consumo de drogas y alcohol, el estrés parental, obstaculizan e incluso afectan irreparablemente el desarrollo de un niño, con consecuencias que lo pueden acompañar durante toda su vida.
Es por esto que una de las políticas públicas más relevantes creada en la última década, es el Chile Crece Contigo, programa que pertenece al Ministerio de Desarrollo Social, el cual busca acompañar, proteger y apoyar integralmente, a todos los niños, niñas y sus familias, apoyando también a las comunidades donde los niños y niñas crecen y se desarrollan, de forma que existan las condiciones adecuadas.
Está claro que si queremos reducir las brechas que separan desde el nacimiento a los niños y “nivelar la cancha” para que puedan tener las mismas oportunidades, debemos preocuparnos por el niño desde que está en el vientre de su madre. Por esta razón es que desde el Chile Crece Contigo acompañamos y acogemos a las madres y padres, especialmente cuando se presenta un conflicto para asumir la maternidad.
Si bien sabemos que es altamente gratificante, también sabemos que para nadie es fácil ser padre. Menos –como ocurre en un gran número de casos- ser papá y mamá a la vez. Por esto, el enfoque familiar del nuevo Ministerio de Desarrollo Social y Familia se traduce precisamente en que no basta con hacerse cargo de los niños, sino que debemos considerar que provienen de una familia a la que hay que cuidar y entregar las herramientas que les permitan ser cuidadores y factores protectores de los niños durante todo su desarrollo, desde incluso antes de nacer.
Ante esto, es claro que el compromiso de nuestro gobierno es trabajar sin cesar, para apoyar a las madres durante el embarazo y a los niños y niñas durante su primera infancia, evitando que algún niño se quede atrás y contribuyendo a que todos tengan las mismas posibilidades de soñar y construir la vida que deseen.