Amigos y amigas, la semana pasada, dejamos atrás por fin, la etapa más álgida de los
incendios en las regiones del Maule, Biobío y La Araucanía. Ahora, las preocupaciones de los
hogares chilenos, se vuelcan al retorno a clases, las compras de útiles y uniformes. La vuelta al
colegio, que ya se inició el pasado 1 de marzo, tendrá su súper lunes, con el retorno masivo de
estudiantes en todo el país, esta semana. De algún modo, y como dicta nuestra tradición, este
es el verdadero inicio del año 2023. También es el inicio del año político, se terminan de perfilar
los nombres, de quienes reforzarán los equipos de gobierno con miras al segundo tiempo. Más
allá de los tira y afloja, propios de este tipo de definiciones, resulta evidente, que quienes han
tenido un mejor desempeño, según la ciudadanía, son quienes lideran el equipo económico y el
equipo político. Tanto Mario Marcel, como Carolina Tohá, son indiscutidamente, quienes
cuentan hoy día con la mejor evaluación ciudadana. Es de toda lógica que el jefe de gobierno,
ejerza con total autonomía de presiones externas, su facultad de nombrar a sus ministros y
ministras, y es obligación de los partidos de gobierno el respaldarlo. Otra cosa, es que, tras
bambalinas, defiendan el desempeño de los suyos. Lo que dicta la buena política, es que estas
conversaciones se hagan con discreción. Esto, por respeto a la dignidad de los involucrados, y
por un mínimo decoro en las formas. Desde luego, que están de más las declaraciones en los
diarios, para defender como derecho adquirido, lo que se recibió en marzo de 2022. También
está demás, usar el mismo medio, para quejarse de la menguada representación, obtenida en la
misma ocasión.
La conformación del nuevo equipo de gobierno, es una verdadera prueba de marzo. Se
debe aprobar, porque es lo que permitirá continuar avanzando en la carrera. La situación del
país, es expectante. Contra lo que pronosticaron los agoreros del desastre, la situación
económica se ha estabilizado. La cifra de crecimiento de 0,4% de la economía en los últimos
doce meses, por una parte, y un pequeño crecimiento en la inversión, que muchos daban
equivocadamente a la baja, auguran un año 2023 en recuperación. Así lo ha manifestado el
ministro Marcel, señalando que factores de mayor desequilibrio del 2021, como el consumo, se
han ido equilibrando. En los últimos cuatro meses ha bajado el dólar, y también las tasas de
interés de largo plazo. Se proyecta que la inflación, baje del 10% en abril o a más tardar en
mayo de 2023. En otras palabras, lo que expresa el ministro de Hacienda, es que, en base a los
datos refrendados por el Banco Central, la economía de Chile, no sólo no enfrentará una crisis
durante este año 2023, sino que ha iniciado su recuperación, lo que se verá graficado en la
reducción de la inflación, y cifras de crecimiento.
En el ámbito laboral, que es lo que más preocupa a los hogares chilenos, aún hay
bastante tarea por hacer. Según datos del INE, en informe elaborado por el Banco Central, en
los últimos diez años, los datos de desocupación han variado desde un 6,1% en enero de 2013,
a un 8% en enero de 2023. En este lapso, la menor desocupación se registró en diciembre de
2013 con 5,8% y diciembre de 2015 con 5,9%. En tanto el mayor nivel de desocupación se
produjo en julio de 2020 con un peack de 13,1%. Si bien, el mercado laboral ha recuperado
buena parte de los empleos perdidos en la pandemia, aún resta un esfuerzo mayor para reducir
el empleo informal, y el trabajo por cuenta propia. En este escenario, el proyecto de reducción
de jornada de trabajo, se ve con preocupación, sobre todo, por el sector de las pymes. Pero,
este proyecto puede ser una oportunidad, en la medida que se refuerce instancias de
flexibilidad, que facilite a los trabajadores jóvenes y a las mujeres, acceder al empleo. El
proyecto, que ya lleva cinco años de tramitación, contempla un lapso adecuado de gradualidad
en su entrada en vigencia, por lo que se espera que pueda avanzar a la par, con la recuperación
de le economía, y la creación de empleos.
La base del bienestar de la población de un país, se funda sobre reglas claras, y
estabilidad. Las cifras de la economía, y la recuperación del empleo, abren la posibilidad de
poder avanzar sostenidamente, en la recuperación de niveles de ingreso de las familias
chilenas. Pero el equilibrio que permite hacer esta proyección, es frágil. A la par con la discusión
de las reformas previsional y tributaria, del actual gobierno, se preparan ofensivas de sectores
populistas que pretenden impulsar nuevos retiros de pensiones. Esa sería la muerte de
cualquier esperanza de bajar la inflación, y sería caer en un ciclo de descontrol económico, del
que recién nos estamos recuperando. Por otra parte, sectores ultra conservadores, pretenden
mantener el estatus quo en materia de impuestos, dificultando el avance de la reforma que
pretende aumentar los tributos, al segmento de mayores ingresos. No se ve fácil, ni es sencillo,
lograr el equilibrio entre los múltiples intereses que convergen y se contraponen. Pero esa es la
importancia de la política, el arte de gobernar, una noble tarea, que obliga a rodearse de los
mejores. No implica rodearse de cortesanos, que asienten y aplauden siempre, implica abrirse a
la crítica y autocrítica permanente. Es un proceso de aprendizaje y de práctica constante. La
necesidad de construir acuerdos duraderos, obliga a tender puentes ahí donde no los hay. Sin
mayorías parlamentarias, es imposible concretar la agenda legislativa del gobierno, y así se
entendió con el fortalecimiento de la Segpres, el ministerio a cargo de la relación con el
parlamento. Se puede avanzar en la agenda legislativa, en la medida, que se consigan apoyos
suficientes, ni discursos testimoniales, ni la amenaza de salir a las calles, sirve cuando se tiene la
responsabilidad de gobernar.
Para coronar el inicio del año político, se inicia la campaña para elegir a los consejeros
constitucionales, quienes redactaran la nueva propuesta constituyente. Sin el morbo de la vez
anterior, con espacios acotados por: las 12 bases institucionales, la comisión de admisibilidad, y
la comisión de expertos. En esta ocasión, el gobierno debe mantener equidistancia del proceso.
La elección del mes de mayo, es una medición de fuerzas entre los partidos políticos de
izquierda, centro o derecha, cuya posición respecto de la vida, la sociedad y sobre el futuro, son
ampliamente conocidas. La elección de constituyentes, no es un plebiscito sobre el gobierno, ni
sobre el pasado proyecto constituyente. Si el gobierno progresista logra situarse en el rol que le
corresponde, como garante del buen funcionamiento del proceso institucional en marcha, se
habrá ganado un importante reconocimiento de la ciudadanía. Habrá ganado en respeto a una
posición republicana, que demuestra seriedad y solvencia política, propia de un gobierno
consciente del rol histórico que le toca jugar.
Si el gobierno progresista logra mantener la mano firme sobre el timón económico, si
logra generar acuerdos mínimos para su agenda legislativa, al mismo tiempo, que ejerce un rol
de garante del proceso constituyente, habrá hecho el mayor y más importante homenaje y
conmemoración, a los 50 años del golpe de estado, que, en 1973, truncó las esperanzas de todo
un pueblo.
Ernesto Sepúlveda Tornero