Frente al paro de los docentes del Servicio Local de Educación Pública en la Región de Magallanes,
como Departamento de Educación del Obispado de Punta Arenas, junto a los profesores de religión católica, hacemos un llamado urgente, para que – desde una apertura y actitud dialogante- se puedan abrir caminos de acercamientos para resolver los puntos de desencuentro entre ambas partes en conflicto. Se trata de un ejercicio cívico que está en el corazón de la vida democrática y, por lo mismo, hay una corresponsabilidad de las partes en respetar tanto los acuerdos como las diferencias, en la búsqueda de soluciones.
Esta mutua búsqueda de acuerdos supone reconocer las demandas de unos y las respuestas de
otros, aunque no siempre se cumpla con las expectativas deseadas. Es importante tener en cuenta
que en el proceso de diálogo deben manifestarse con claridad los compromisos que se asuman, con los plazos definidos y recursos concretos que beneficien a la educación pública.
En este conflicto, la responsabilidad política de las autoridades y de los dirigentes gremiales es,
también, una responsabilidad ética que garantice las mínimas condiciones que permitan restituir el
derecho a la educación a los miles de niños y niñas de nuestra región, afectados por esta
paralización. Creemos que, ante la falta de acuerdos, se siguen agravando en nuestra región las
desigualdades de acceso a las oportunidades que todos los y las estudiantes requieren para su
formación y desarrollo integral.
Hay consenso en la comunidad magallánica que, una educación de calidad pasa por la valoración de los educadores y educadoras de nuestras escuelas y liceos, especialmente de aquellos que cumplen su misión en sectores más vulnerables y zonas extremas. También reconocemos que es
responsabilidad de los gobiernos apoyar a sus profesores, y estos a su vez tienen una
responsabilidad pedagógica y ética con los estudiantes y sus familias.
Pedimos a las autoridades y a los dirigentes gremiales no escatimar recursos para buscar soluciones concretas y compromisos reales para fortalecer la educación pública. Educar es siempre un acto de amor y esperanza, fundado en la capacidad de escuchar, dialogar y buscar el bien común.
Obispado de Punta Arenas