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«DISCURSOS DE ODIO» opinión Colegio Regional de Periodistas

¿Cuál es el límite entre la libertad de expresión y la difusión de discursos de odio en medios de comunicación? Esa fue la pregunta que rondó este lunes 04 de enero luego de leer la columna de opinión publicada en el diario El Pingüino titulada: “… Una generación de maricas…” en donde a través de expresiones basadas en prejuicios y estereotipos violentos se alude en términos desdeñosos a las diversidad sexuales, movimientos feministas, y pueblos originarios, por parte del columnista de la multimedia, Alejandro Riquelme Ducci.

Discusión que recuerda la urgente necesidad de una ley que regule la difusión de mensajes de odio en espacios de difusión como portales de noticias y redes sociales, cuestión que forma parte también de una iniciativa de las Naciones Unidas, quienes consideran que “es un ataque a la tolerancia, la inclusión, la diversidad y la esencia misma de nuestras normas y principios de derechos humanos (…) socava la cohesión social, erosiona los valores compartidos y puede sentar las bases de la violencia, haciendo retroceder la causa de la paz, la estabilidad, el desarrollo sostenible y el cumplimiento de los derechos humanos para todos», según señala su Secretario General, Antonio Guterrez.

La difusión del racismo, la discriminación, la xenofobia, el machismo y la intolerancia son preocupación también de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Corte Europea, y está presente en la legislación de países como Alemania, España, Francia, Reino Unido, Argentina, Canadá, Colombia y México. Y el principio es el mismo: es necesaria la protección social y legal a grupos considerados minoritarios, y que son objeto constante de agresiones, discriminación, hostilidad y violencia, y ésta debe ser efectiva.

Los peligros de este tipo de mensajes es que buscan escudarse en el derecho a la libertad de expresión para lanzar discursos de odio públicamente. Sin ir más lejos, en el siglo pasado “grandes exponentes del odio” enardecieron las almas de millones de personas vulnerables a causa de una grave recesión económica como consecuencia de una feroz guerra, logrando la aprobación pública para enviar a millones de judíos a campos de concentración nazis. En épocas más remotas aún, se sacrificó a miles de mujeres tildándolas de brujas, solo por el hecho de oponerse al sistema patriarcal reinante y así, podemos seguir dando ejemplos de cómo los discursos de odio buscan encontrar un espacio en la opinión pública, y que trascienden a aberrantes situaciones que quienes conocemos los hechos históricos, estamos conscientes que no podemos volver a repetir y por lo tanto, debemos comprender la diferencia abismante entre la libertad de expresión y estos mensajes de aversión.

No cabe duda que la educación en Derechos Humanos y en el respeto a las diversidades, ayudan a resistir a estos discursos de odio y en eso los medios de comunicación y sus profesionales tienen [tenemos] que tener un rol fundamental en su garantía.

¿Es más trabajo? Sí, pero una prensa ética requiere de una reflexión previa, argumentos sólidos y un compromiso político firme respecto a las acusaciones vagas, el populismo y los argumentos sin datos. Como comunicadores, sentimos el deber de plantearnos como desafíos el promover los ideales de tolerancia, respeto y solidaridad por la otra, le otre y el otro, y que tiene más sentido, moviliza más -y seguramente tiene más réditos-, propagar un mensaje desde la compasión y el amor, que dar espacio para cultivar el odio.

Colegio de Periodistas de Magallanes

Fuentes:

https://elpinguino.com/noticia/2021/01/04/-una-generacion-de-maricas

https://news.un.org/es/story/2019/06/1457971

http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/159498/Los-discursos-de-odio-como-l%C3%ADmite-a-la-libertad-de-expresi%C3%B3n.pdf?sequence=1&isAllowed=y

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-52002020000100051