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DEJAR LAS TRINCHERAS

Esta semana mientras parte del país, miraba por TV los partidos del mundial de Qatar, en el senado de la república, se rechazaba, el candidato a fiscal nacional, que presentara el gobierno, en base a la quina elaborada por la Excelentísima Corte Suprema. En efecto, el abogado José Morales Opazo sólo consiguió 31 de 33 votos necesarios, por lo que no prosperó su nombramiento. En medio de recriminaciones cruzadas entre senadores oficialistas, por no respaldar la propuesta del gobierno, volvió a ventilarse episodios de la carrera como fiscal, del candidato rechazado. El cual, a su vez, acusó la existencia de una guerra sucia, articulada por partes interesadas. El presidente de la república desdramatizó este rechazo, y aguardará que la Corte Suprema, complete la quina de candidatos, para efectuar un nuevo nombramiento.  En este caso, la Corte suprema conforme al artículo 15 de la ley del Ministerio Público, dispone de un plazo de 10 días para completar la quina, contados desde que se notifica formalmente el resultado de la votación. Este episodio, que corresponde al mero ejercicio de atribuciones parlamentarias, cae en el peor momento. En las últimas semanas, la opinión pública se muestra extremadamente crítica del parlamento. Información surgida en investigaciones de CIPER Chile, han revelado, cuestionamientos al uso de las asignaciones parlamentarias. Con abultados y millonarios gastos en “traslación”, de los parlamentarios. En varios casos, se factura el equivalente a distancias que materialmente resulta imposible recorrer, en un mes. En otros casos, se ha revelado, la existencia de uso incorrecto de vales de combustible. Y aquí se trata de nombrar ni más ni menos, a quien encabezará la persecución penal en Chile. Están muy frescos en el recuerdo los bullados casos de financiamiento irregular de la política, y aún permanecen en el congreso, algunos de sus protagonistas. El rol que jugará el nuevo o nueva titular del ministerio público, es fundamental, para garantizar total transparencia, y la adecuada autonomía del ente persecutor.  Tal vez en el futuro, se deba discutir, si el senado debe jugar un rol en la designación del fiscal nacional, o si debe ser sólo la Corte Suprema y el Presidente de la República, las instituciones que intervengan.

            Hay que ser optimistas, existen parlamentarios serios y responsables, y esperamos se impongan en el parlamento de Chile. Y hay buenas noticias, en las conversaciones para un nuevo proceso constituyente, que han conducido los presidentes del senado y la cámara. Al día de hoy, superando dilaciones y aplazamientos, han ido surgiendo finalmente propuestas concretas de cada sector. Como el proceso se ha ido prolongando, y se requiere tener certeza respecto del mismo, el propio presidente Boric, ha intervenido, mediante reunión personal con el presidente de la UDI, senador Javier Macaya, en representación de la oposición. Como resultado de lo anterior, surgió un principio de acuerdo, el que deberá delimitarse en sus detalles. La nueva constitución surgiría de un proceso que contiene cuatro pasos:

1°Se conformará un grupo de expertos que generará un anteproyecto de constitución.

2°Se realizarán la elección del 100% de los integrantes del órgano constituyente, que trabajará con el anteproyecto elaborado por el comité de expertos.

3°La propuesta elaborada por los constituyentes deberá aprobarse por los 4/7 de ambas cámaras.

4° Si la propuesta es aprobada en el congreso, se efectuará el plebiscito de salida, en los mismos términos del efectuado el 4 de septiembre.

            Probablemente, la propuesta señalada, deja conformes en parte a algunos y en parte a otros, pero es la mejor síntesis del estado actual de las cosas. Resta definir el número de constituyentes, la fecha de elección y plazo de funcionamiento, y el número de expertos del anteproyecto.  Es un intento serio, de ponerse de acuerdo y de avanzar. El país requiere despejar cuanto antes, este asunto, y dedicar todas sus energías a las preocupaciones más importantes de la población. El espíritu que impregna este principio de acuerdo, es el que debe empezar a primar, para que podamos hacer frente a los desafíos del mañana.

            Relacionado fuertemente, con lo anterior, con la necesidad de llegar a acuerdos, en estos mismos días, se efectuó la inauguración de una estatua en homenaje al presidente Patricio Aylwin. A petición de la fundación que lleva su nombre, quien encabezó la ceremonia fue el presidente Gabriel Boric, contando con la participación del presidente Ricardo Lagos y Sebastián Piñera. En tanto la presidenta Bachelet y Eduardo Frei, debieron excusarse. En un discurso plagado de referencias a la historia política de Chile, y a su propia historia personal, el presidente Boric, realizó un importante reconocimiento a la trayectoria como hombre de estado del presidente Aylwin. Asimismo, hizo una reflexión, asumiendo que la frase de “En la medida de lo posible”, no aludía a un desgano, como se habría interpretado anteriormente.  Y que pertenece a los pueblos, a las mayorías, definir esos límites, donde están las principales preocupaciones y anhelos. El presidente señaló, “lo posible es por lo que hay que dejar todo nuestro esfuerzo, nuestro empeño, es lo que se define colectivamente”. Y para lograrlo, “se requiere de gobernantes dispuestos a la escucha, al diálogo y al entendimiento que trascienda al oficialismo y abarque a todos los sectores políticos y sociales”.  Y concluyó haciendo un llamado a los distintos sectores, a salir de sus trincheras, para alcanzar acuerdos transversales, y construir un Chile donde quepan todos y todas.

            La historia nos enseña y nos recuerda, lo que otros hombres y mujeres construyeron, o intentaron construir en el pasado, no partimos de cero, ni estamos poniendo la primera piedra, nos alzamos sobre hombros de gigantes, y honrar su memoria, sana las heridas del alma nacional. Esa es la senda, no la del enfrentamiento fratricida, que también lo tuvimos, lo sufrimos y lo recordamos.  Es de esperar que todas las fuerzas políticas, se sumen a este llamado a dejar las trincheras, la patria justa y buena, no es sólo para blancos, amarillos o rojos, es aquella que nos contiene a todos sin distinción. Construirla es tarea de todos, y es responsabilidad de los gobiernos de turno, ir tomando y pasándose la posta, por el bien de Chile.

Ernesto Sepúlveda Tornero