Este domingo, se inició la primera visita de estado del presidente Gabriel Boric. El destino escogido, fue la hermana república Argentina, con quien Chile mantiene estrechos lazos comerciales, sociales, y recientemente, políticos, dada la cercanía entre los dos presidentes. En la antesala, días atrás, medios argentinos de oposición, replicaron las críticas formuladas en Chile, a la designación de la embajadora Bárbara Figueroa. Y más recientemente, hace unos días, sectores políticos de gobierno y oposición trasandinos, reaccionaron con molestia, a declaraciones de la ministra del interior Izkia Siches. En su mención de la palabra “Wallmapu”, refiriéndose a la región de la Araucanía y provincia de Arauco. En preparación de su arribo, el presidente Boric, brindó una entrevista al conocido medio argentino “El clarín”, donde fue consultado, por todos los aspectos de su proyecto de gobierno, y también retazos de su historia personal. Cabe señalar, que la figura del presidente chileno, es seguida con simpatía y atención, en esferas políticas del continente, pero también por los ciudadanos de a pie dada su juventud, y trayectoria como dirigente social.
Es de alto interés para el lector común y silvestre, para el ciudadano de a pie en Chile, conocer algunas definiciones presidenciales, expuestas en la entrevista del Clarín. Y no se crea, que dijo cosas nuevas, que sorprendan o llamen al escándalo. Se trata de reiteraciones, de planteamientos conocidos de don Gabriel Boric, de su período de campaña, que ahora se explican con mayor detención:
-El tema mapuche. Dice el presidente que, por su complejidad, no se puede reducir sólo a un asunto de seguridad u orden público, porque es un conflicto de carácter histórico y político. Que la relación del estado de Chile con el pueblo Mapuche, viene marcado desde 1860, con la mal llamada “pacificación”, que no fue tal, y que significó el despojo territorial, que hasta esta fecha no se resuelve. Sobre el mismo, el presidente reitera su deseo de recuperar las confianzas, para el establecimiento de instancias de dialogo, entre el estado de Chile y el pueblo mapuche. Aboga por resolver las diferencias a través de medios pacíficos, en el marco del estado de derecho. “Nosotros no vamos a cejar en el camino del diálogo y quienes crean de cualquier sector que la violencia es el camino para solucionar algo yo les digo que están totalmente equivocados”. Asimismo, el presidente vincula el esfuerzo del gobierno, con el trabajo de la convención constituyente, como intentos del estado de generar confianzas. Se requiere salir del discurso meramente de orden público, y entrar en la “discusión sobre tierras y autodeterminación, que no es lo mismo, y en esto quiero ser muy claro, que ni independencia ni secesión”. Esta aclaración, es de la mayor importancia. Es el marco en el que se desarrollarán las relaciones del estado de Chile con el pueblo mapuche. Más allá de lo que resuelva la convención constituyente, se ha trazado aquí la base de principios sobre el tema mapuche. Voluntad de diálogo, de solución pacífica de diferencias, y establecimiento de relaciones de respeto entre el estado de Chile y el pueblo Mapuche. Asimismo, una clara definición del marco de la acción política del gobierno de Chile. Voluntad de avanzar en los planteamientos sobre recuperación de tierras, pero con claridad, en relación a que no habrá secesión, ni independencia de ningún sector de territorio nacional. Y una separación total y absoluta, entre la política de dialogo con el pueblo mapuche, que impulsa el gobierno, y la persecución criminal de graves hechos delictivos, que corresponde a condiciones básicas del estado de derecho.
-Sobre el tema de los derechos humanos. En su entrevista a diario EL Clarín, reitera lo que ha sido su posición invariable, como candidato, y antes como dirigente estudiantil. Respeto a los DDHH como un tema de principios, en todas partes: “Deben respetarse, hacerse valer y promoverse sin importar el color del gobierno que los vulneren. Y eso corre, partiendo por casa, Chile, como para Venezuela, Nicaragua, Brasil, Ucrania, Rusia, Yemen, Israel, etcétera”. Aunque, como hemos dicho, esta definición, no es novedad en la política chilena, ya que es de público conocimiento, y es lo que distinguió a Gabriel Boric, de otros políticos de izquierda. En Argentina, sí constituye una diferencia, por la cercanía tradicional que ha tenido el peronismo K, con la Venezuela chavista.
– En materia económica. En una definición, que constituye un rayado de cancha, esencial para la estabilidad económica de Chile, el presidente manifiesta un compromiso decidido con la responsabilidad fiscal. Y dice, que “Debe ser una política de estado porque además es lo que garantiza que uno pueda llevar adelante los procesos de reforma.” “Es lo que las hace posibles, sustentables y sostenibles en el tiempo”.
En materia de pensiones. El presidente reafirma el propósito de que su gobierno, logre cambiar el sistema actual administrado por las AFP. En sus palabras: “Nosotros vamos a construir un sistema de seguridad social, en donde, y en esto también quiero ser muy claro, vamos a respetar los ahorros de las y los trabajadores”, y “Los ciudadanos son dueños del derecho a tener una pensión digna y de seguridad social”. Esto despeja con claridad, el bulo instalado por políticos y medios de derecha, ya que no existe ni existirá expropiación de fondos de los trabajadores.
El presidente Boric, ha mantenido silencio mediático, entregando a su gabinete la tarea de comunicar las políticas de gobierno. Esta es una señal de confianza en su equipo ministerial, a la vez, que es un gesto que devuelve al cargo presidencial, su rol de estado. En este contexto, las definiciones presidenciales, entregadas a la prensa argentina, se aprecian por su claridad y pertinencia. Despejan dudas y acallan a críticos agoreros.
Ernesto Sepúlveda Tornero