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«CUIDADOSO REGRESO A CLASES» por ROLANDO MARTÍNEZ

Antes de resolver el regreso de los 3,6 millones de estudiantes pre-escolares y escolares chilenos a sus colegios, para retomar clases presenciales, las autoridades educativas y directivos responsables de cada colegio tienen que evaluar y adoptar las medidas de protección para alumnos, profesores, personal paradocente y administrativo.

El ministro de Educación Raúl Figueroa postergó el anunciado regreso el próximo lunes 27 y aunque ahora se evalúe reanudar clases de manera gradual en comunas rurales y ciudades, donde los efectos de la pandemia no han sido graves, los alcaldes ya avisan que no avalan esta medida y rechazan el regreso.

Por más que la autoridad se empecine en querer “normalizar” el retorno a clases, los alcaldes insisten que no están dadas las condiciones para ello y claramente están en lo cierto. Basta reflexionar la forma en que países europeos resolvieron el regreso gradual y con la serie de medidas adoptadas para ello.

Según la Unesco a mitad de este mes hubo 1.500 millones de estudiantes que mantuvieron clases en línea, pero distintos gobiernos europeos ya definieron retomar las clases presenciales de manera gradual, pero con medidas que cambiarán la composición de cada curso y distinto a lo que era antes de esta emergencia sanitaria mundial provocada por el Covid-19.

Dinamarca fue el primero de los países con el regreso de los alumnos a las escuelas y para ello sus autoridades educativas argumentaron que el aprendizaje a distancia tenía efectos negativos porque puede aumentar la desigualdad y que además muchos padres no podrían retornar a sus trabajos porque no tendrían donde dejar a sus hijos pequeños.

El gobierno francés anunció la reapertura gradual de los colegios a partir del 11 de mayo. Primero serán los niños de 6 y 10 años y a la semana siguiente lo harán los de 11,14 y 16 años hasta completarse el 100% de las matrículas. Pero este retorno también será con números acotados en las salas de clases: no más de 15 alumnos. Para ello piensan en distribuir la otra mitad del curso en clases deportivas o en otras asignaturas en otras salas. De lo contrario intercalar los grupos con clases presenciales y online.

En Noruega se reabrieron las guarderías y los demás alumnos regresan el próximo lunes, pero con cursos más reducidos. Alemania también trabaja en su “normalidad” educativa.

La realidad en Sudamérica es muy distinta y los países aún luchan por controlar la pandemia con una propagación incierta.

Las autoridades chilenas deben pensar en medidas efectivas de protección y en igualdad de condiciones para todos los niños y jóvenes que deben vivir su proceso escolar. Hay que preguntarse si habrá capacidad y comprensión de todos para pensar en dividir los cursos para no tener salas de más de 30 o 35 alumnos; que haya suficiente alcohol gel y jabón en distintos sectores de cada establecimiento. Y que ese regreso ocurra cuando las condiciones sanitarias y sociales sean igualitarias para todos, garantizándose que nadie corre peligro.