Los cambios en la sociedad imponen nuevos desafíos a la docencia. Por eso, Chile hoy cuenta con nuevos Estándares de la Profesión Docente, que buscan guiar la formación universitaria y ejercicio profesional, con un marcado foco en el logro de aprendizajes profundos, en el desarrollo de competencias socioemocionales, en la relación con el entorno, en la inclusión y la educación para todos y todas.
Estos nuevos instrumentos referenciales son fruto de un intenso trabajo, que recogió los aportes y miradas de universidades, profesoras/es, educadoras/es, directivos/as, académicos/as, investigadores/as, expertos e instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
Este miércoles 25 de agosto los estándares aprobados por el Consejo Nacional de Educación fueron presentados por Francisca Díaz, Directora del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), en una Conferencia Online a la que se conectaron cerca de 7 mil personas y que contó con la participación de los Subsecretarios de Educación, Jorge Poblete, y de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas. Los estándares, así como diversos recursos diseñados para apoyar su implementación, se encuentran publicados en estandaresdocentes.mineduc.cl
Un estandarte para la profesión docente
“Los estándares de la profesión docente entregan referencias claras y precisas de lo que se considera es la buena enseñanza, aquella que propicia mejores aprendizajes, ayudando así a docentes en formación y docentes en ejercicio en pos de una práctica profesional más eficaz”, señala la directora del CPEIP.
Díaz explica que estándar proviene de la palabra estandarte, “es decir, refiere a lo que valoramos y lo que nos representa. Un estandarte es un acuerdo que marca el dónde estamos y hacia dónde queremos llegar, en base a los conocimientos de vanguardia en materias de educación y aprendizaje”.
Asimismo, destaca que “a nivel internacional, se ha demostrado que una política de estándares ayuda a tener un lenguaje y una visión común, que permite movilizar a las comunidades educativas hacia las metas y el buen desempeño trazado en estos estándares”.
La incidencia de los nuevos Estándares de la Profesión Docente
Los nuevos Estándares de la Profesión Docente (EPD) son una herramienta clave en la instalación del Sistema de Desarrollo Profesional Docente. Por ello, incidirán en toda la política docente de reconocimiento, valoración y apoyo a la docencia, pues representan el principal referente que define el país sobre la pedagogía que los niños, niñas y jóvenes necesitan para desarrollar su máximo potencial. Y en específico, los Estándares para Carreras de Pedagogía serán obligatorios, pues tendrán incidencia en los procesos de acreditación.
El CPEIP comenzará ahora un proceso de instalación con un foco formativo, que permita que estos instrumentos sean la base para la reflexión y diálogo entre los actores del sistema educativo, que faciliten la articulación entre diferentes procesos de formación docente, iniciales y continuos, y permitan orientar el desarrollo profesional de los docentes hacia marcos de calidad establecidos.
Los instrumentos ya aprobados por el Consejo Nacional de Educación (CNED) corresponden a los Estándares de Desempeño Profesional, contenidos en el nuevo Marco para la Buena Enseñanza para las y los docentes en ejercicio; los Estándares Pedagógicos para Carreras de Pedagogía y ocho Estándares Disciplinarios, correspondientes a las carreras de Educación Especial/Diferencial, Inglés, Artes Visuales, Educación Física y Salud, Matemática educación básica y media, Lenguaje y Comunicación Educación Básica e Historia, Geografía y Cs. Sociales, educación media.
Arquitectura de los nuevos Estándares de la Profesión Docente
Los nuevos Estándares de la Profesión Docente están conformados por los Estándares para Carreras de Pedagogía y los Estándares de Desempeño Profesional, contenidos en el Marco para la Buena Enseñanza 2021.
El concepto de Estándares de la Profesión Docente, definido como tal, es inédito en el diseño e implementación de la política educativa, ya que por primera vez se relacionaron explícitamente los instrumentos que orientan la formación de los fututos profesores con el ejercicio mismo de la profesión. Este es un cambio paradigmático que invita a resignificar la formación inicial, la inducción y el ejercicio profesional como partes de un mismo proceso de desarrollo, y por tanto a fortalecer el vínculo entre la academia y el sistema escolar y el concepto de trayectoria y aprendizaje docente.
Una pedagogía con competencias para que todos y todas aprendan, con altas expectativas en sus estudiantes.
Una pedagogía que promueva el desarrollo del pensamiento autónomo, que invite a las y los estudiantes a reflexionar sobre su propio aprendizaje (metacognición) y a ser protagonistas de él.
Una pedagogía con competencias para atender al desarrollo socioemocional de las y los estudiantes, con el objetivo de formar personas íntegras, con habilidades para convivir en sociedad.
Una pedagogía en permanente actualización y desarrollo, que se adapte a los nuevos desafíos a través del aprendizaje continuo; con capacidad de innovar y aprender de la propia práctica para transformar la realidad.
Una pedagogía en constante relación con su entorno, que potencia la experiencia de enseñanza-aprendizaje a través del trabajo con sus pares, con apoderados y con la comunidad en que se inserta, formando a sus estudiantes para la vida.